Terror sin miedo a sorprender

El último éxito de taquilla del género, Us, recaudó mas de 170 millones de dólares, encantando tanto a la audiencia como a la prensa especializada. Cinta que refleja el actual panorama de un cine preocupado de generar miedo de la mano de la crítica social y argumentos que invitan a reflexionar, más allá del susto fácil.

Por Sebastián Valenzuela

Hace 123 años, con una duración de tres minutos, Le manoir de Diable (1896), marcaba el inicio de uno de los géneros más populares del cine, solo un año después de la invención de éste de la mano de los Hermanos Lumiere.

El terror en la gran pantalla ha evolucionado de la representación de grandes monstruos clásicos de la literatura y sustos repentinos, a la elaboración de complejos argumentos, personajes y terror psicológico.

Desde la consolidación de los grandes estudios de cine en 1920 y por casi cuatro décadas, las películas de terror fueron consideradas por los mismos realizadores como cintas de menor calidad frente a géneros como el drama y los musicales, catalogándolas como películas de serie B, con menor presupuesto y duración. Actualmente películas como Us, Get out y A quiet place, han liderado la taquilla mundial de recaudación de la industria cinematográfica.

“El terror es una emoción extrema controlada, porque te dejas llevar y te asustas, pero después vuelves al control absoluto”, explica Ernesto Garratt, escritor de la novela que toma elementos de terror Allegados (Hueders), periodista y crítico de cine de la revista Wikén del Mercurio, sobre por qué el público está dispuesto de forma voluntaria a pasar miedo. “En el fondo es una forma de enfrentarte a tus propios miedos sin darte cuenta”, agrega el también crítico de cine de Radio Pawa, Pablo Croquevielle.

El guionista y crítico de cine Diego Muñoz conocido con el alias Hermes el Sabio, valora mucho el cine de terror: “Honestamente creo que es el mejor género cinematográfico que existe, porque te permite hablar de cualquier cosa, no hay tabús, tu puedes abordar el tema que se te antoje y cómo se te antoje”.

Por muy atractivo que sea para miles de fanáticos, que alrededor del mundo llenan las salas de los cines, la prensa especializada argumenta que este género muchas veces cae en lugares comunes cuando éste tiene una vocación de índole comercial. “Las grandes producciones de terror suelen repetir una y otra vez la misma fórmula; abusan del juego de cámara, de los sustos que te hacen saltar del asiento y de los personajes que no aportan nada, lo que es lamentable, porque a veces si hay buenas ideas”, detalla Croquevielle.

La némesis del género de terror

Históricamente las cintas de terror han tenido poco reconocimiento en las premiaciones dedicadas al séptimo arte, como los Oscar o los Globos de Oro, que rara vez han otorgado nominaciones a películas de este tipo y menos los codiciados galardones.

La película El silencio de los inocentes, protagonizada por Anthony Hopkins, ganó además la estatuilla a Mejor Director, Mejor Guión Adaptado, Mejor Actriz para Jodie Foster y Mejor Actor.

El Silencio de los Inocentes (1991), película dirigida por Jonathan Demme y que aborda la historia del asesino serial y caníbal, Hannibal Lecter, es una de las pocas excepciones, siendo la única cinta de terror en la historia de los Oscar que ha podido llevarse a casa el premio a Mejor Película, máximo galardón entregado por la Academia, marcando así un hito en el cine de terror.

La actuación de Hopkins lo hizo ganar el Oscar a Mejor Actor con sólo 24 minutos de actuación en la película.

“Es paradójico que, al igual que la comedia, el terror sea mal visto por la Academia, porque ambos géneros son por lejos los formatos más difíciles de hacer. Los dos se construyen en base a reglas muy específicas, que lo hacen predecible y pocas veces se logra salir de eso”, comenta Ernesto Garratt.

Escapar del susto fácil

La inclusión de mayor profundidad en el desarrollo de los personajes y la mezcla de otras temáticas como el drama y el thriller, es lo que hace que producciones como El silencio de los inocentes logren la aceptación tanto del público como de la crítica especializada.

Situación que en la actualidad está caracterizando a la realización del cine de terror, sobre todo al de tipo independiente. “Las producciones de grandes estudios hollywoodenses pasan por muchos procesos y aprobaciones. En cambio películas como Get out y Hereditary, no tienen grandes estudios detrás y, por tanto, tienen más libertad creativa y se nota, porque se atreven a salir de la norma, a no hacer terror porque sí. Salen del molde y se atreven a innovar, a incluir una crítica social que no se ve en las películas grandes”, comenta el crítico Pablo Croquevielle.

Casos como el del director Jordan Peele son dignos de mencionar, el ahora reconocido realizador afroamericano aterrizó en el género del terror con Get out (2017), cinta que cuenta la historia de un joven negro que descubre el terrible secreto de la familia de su novia blanca. Con esta película, Peele no sólo conquistó los mercados de todo el mundo recaudando más de 252 millones de dólares (con un presupuesto de tan solo 4.5 millones de dólares, bajo para los parámetros de la industria), sino también convenció a la crítica, obteniendo un 98% de aprobación en Rotten Tomatoes, uno de los sitios de críticas más famosos, donde la consideraron como “un emocionante viaje de terror y comedia”.

Gracias al éxito de la película,Jordan Peele se convirtió en el primer director y guionista afroamericano en ganar más de $100 millones de dólares en una película debutante.

Esta cinta se transformó en un fenómeno de taquilla al mezclar el terror con el drama, la comedia y la crítica social, siendo esta última la más llamativa. Con Get out, Jordan Peele retrata la delicada situación que vive Estados Unidos debido al racismo liberal y la supremacía blanca, que a pesar de ser un tema recurrente en este país, tomó más fuerza después la elección de Donald Trump. Diego Muñoz explica: “Get out le debe mucho a John Carpenter que hacía este tipo de películas en los setenta y los ochenta, abordaba temas sociales y criticaba mucho el sistema económico de Reagan”. Ernesto Garratt añade:“Cuando tienes a un director inteligente siempre va estar preocupado de comentar lo que pasa en su entorno y eso es lo que hace Peele”.

La cinta fue reconocida como pocas, al obtener múltiples nominaciones en los Oscar como Mejor Película, Actor, Director y además ganar la estatuilla a Mejor Guión Original, texto escrito por el mismo Peele.

Get out fue la primera película que Peele dirigió y su primera incursión en el género de terror.

Después del éxito que significó para Jordan Peele su película Get out, todos los ojos estaban puestos en su siguiente largometraje, Us (2019), que desde su anuncio con el primer trailer generó altas expectativas.

Esta cinta, también perteneciente al género de terror, cuenta la historia de una familia afroamericana que decide pasar el fin de semana en su casa de veraneo, donde es perseguida y atacada por sus violentos dobles idénticos o doppelgänger.

Para ayudar a los actores a preparar sus personajes, Jordan Peele les recomendó una lista de películas que, según el director, tenían relación con Us: El resplandor (1980), Babadook (2014), It follows (2014) y El sexto sentido (1999), entre otras.

Con esta premisa, Peele, que además de dirigir el film se encargó nuevamente del guión, logra enganchar desde el primer momento a los personajes con el espectador, que fácilmente pueden identificarse con sus problemas relacionados a la ansiedad, la angustia y los traumas infantiles. Aunque todos los actores logran impecables actuaciones, es Lupita Nyong’o quien se luce interpretando con maestría a Adelaide, la atormentada madre de la familia, que lleva en sus hombros todo el peso dramático de la película.

La historia, que parece sencilla en un inicio, posee varios giros dramáticos que se mezclan con el gore, suspenso y el humor, todo junto al sello personal del director: las metáforas y la infaltable crítica social. En este caso, pone sobre la mesa el individualismo que caracteriza a la sociedad actual, el enfrentar tus propios miedos y el alzamiento de la clase obrera. Este balance entre géneros dentro de una misma película explica el por qué Peele es considerado uno de los directores del momento.

Peele reconoció a la revista Rolling Stone que Us pretende ser un homenaje a clásicos como Poltergeist y Amytiville, pero protagonizada por afroamericanos.

El director logra crear a través del terror psicológico una atmósfera de tensión constante, que solo es interrumpida por momentos de humor, que sirven, además, para ofrecer un descanso al espectador, para luego retomar el horror y el suspenso. Dentro de un género donde abundan las ideas recicladas, Us ofrece una historia original, llena de suspenso, terror y humor que atrapan de principio a fin.

Nuevos directores haciendo honor al terror clásico

Bajo el escenario del cine más independiente, surgen otras películas recientes como Suspiria (2018) del italiano Luca Guadagnino. La cinta reinventa la obra que Dario Argento estrenó en 1977 para entregar una producción llena de alegorías y violencia, donde también hay tiempo para abordar el empoderamiento femenino en una Alemania dividida por el muro de Berlín.

Para interpretar a su personaje, Dakota Johnson tomó clases de ballet por un año completo antes de comenzar a rodar la película.

Aquí Guadagnino demuestra que con un remake, se puede hacer mas que copiar una misma historia.

Millie Shapiro, la joven actriz que protagonizó Hereditary padece de una malformación craneofacial llamada Síndrome de Treacher Collins.

Por otro lado, el director y guionista, Ari Aster, sorprendió con Hereditary (2018), hablando del duelo y lo difíciles que pueden ser las familias. “Está muy emparentada con El Exorcista”, dice Hermes y agrega: “finalmente ambas son sobre la maternidad y tener hijos, disfrazadas, por supuesto, de una historia que te da pesadillas y te hace sentir emociones muy fuertes”.

Estas películas siguen el mismo camino de Peele, al tomar riesgos y no solo asustar al espectador con sobresaltos, sino también hacerlo reflexionar.

Sobre el autor: Sebastián Valenzuela es estudiante de Periodismo y escribió este artículo como colaborador de Km Cero. El artículo fue editado por María Esperanza Palma en el Taller de Edición en Prensa y Javiera Uribe como editora de Km Cero.