El regreso del “Y2K”: la tendencia de moda de los 2000 que trae de vuelta los trastornos alimentarios

Fue en los 2000 cuando personajes de contextura delgada como Britney Spears y Paris Hilton crearon el Y2K, un estilo de moda que revolucionó al público adolescente, basado en prendas osadas para mostrar su figura. Dos décadas después esta tendencia ha sido adoptada por los jóvenes de la generación Z. Sin embargo, ha traído de vuelta trastornos alimentarios y a figuras hegemónicamente delgadas que los impulsan.

Por Maximiliano Galleguillos C. (@maaczee)

Edición por Jorge Murga H. (@powsthuman)

Muchos millenials se criaron viendo a través de distintos medios de comunicación a celebridades de contextura extremadamente delgada como Britney Spears y Paris Hilton en la primera plana de los diarios u observando sus videos musicales en televisión. Ellas fueron, sin saberlo entonces, las embajadoras del “Y2K”, una tendencia de moda que significa Year 2000 (año 2000) y que se basaba en el uso de ropa atrevida en donde dejaban ver su tonificada figura. Y que hoy regresó gracias a las redes sociales.

“Durante esa época (2000s) los medios de comunicación mostraban un solo tipo de cuerpo, el delgado, y todo lo que se salía de ese imaginario se interpretaba como anormal. Lanzaban mensajes como: ‘¡Haz esta dieta para bajar de peso!’. Entonces los adolescentes absorbieron e imitaron todo lo que les llegaba por la televisión y revistas. Si no se adecuaban a lo que veían en su realidad cotidiana, estaban mal”, explica Clementina Pumpin, activista independiente por la diversidad corporal y facilitadora certificada de Body Positive (un movimiento social centrado en la aceptación de todos los cuerpos), que cuenta con 6 mil seguidores en Instagram donde comparte publicaciones de datos de ropa para tallas grandes que han sido virales.

“Se normalizó en adolescentes los trastornos alimentarios, porque era lo que decía todo el mundo que había que hacer. Incluso los profesionales de salud de esa época indicaban tratamientos para bajar de peso en circunstancias que no traían ningún beneficio comprobable y sostenible en el tiempo. Nunca supe en los 2000s de alguien que no quería hacer dieta, era lo habitual. La meta en la vida de los adolescentes era ser delgados donde se promovían conductas alteradas de la alimentación para obtener ese cuerpo”, dice Pumpin.

23 años después, íconos de esta moda de los 2000, como Spears y Hilton, regresaron gracias a redes sociales como TikTok e Instagram, donde se han hecho virales los mismos videos que antes salían en televisión. Ahora, admirados como pedazos de cultura pop nostálgica o moda vintage por las nuevas generaciones.

Sin embargo, este regreso ha traído consigo nuevamente el problema de los trastornos alimentarios que afectaban hace dos décadas atrás a los adolescentes. Jessica Grose, periodista de The New York Times, escribió sobre esta tendencia en una columna editorial The Super-Skinny Ideal Isn’t Back — It Never Left que publicó el 10 de noviembre de 2022. En ella, relató una conversación que tuvo con la psicóloga social de la Universidad de New South Wales en Sydney, Jasmine Fardouly, para quien las plataformas como Instagram y TikTok tienen un vínculo negativo con la imagen corporal de los adolescentes. Mientras mayor tiempo pasen en estas redes sociales, según Fardouly, mayores serían las instancias de trastornos alimentarios y sentimientos negativos sobre su apariencia al ver los cuerpos que trae devuelta el Y2K.

Ximena Martínez, nutricionista de la Red de Salud UC Christus, afirma que el regreso de la moda Y2K puede afectar completamente el cerebro de un joven que se encuentra en etapa de desarrollo, al imitar a las figuras que siguen: “Cuando el cerebro de un pre adolescente se encuentra en desarrollo y está siendo bombardeado por todas las imágenes instantáneas que da el internet, que incluso en los años 2000 no existían y ya era una tendencia, ahora es peor, porque todo es inmediato. Los jóvenes están mucho más propensos a imitar y a tener enfermedades que pueden producir el no alimentarse bien por una figura, estilo o seguimiento de una moda”.

Asimismo, Martínez señala que al igual que en la década de los 2000, esta vuelta trae consigo los mismos problemas alimentarios que marcaron a los jóvenes de hace 20 años: “Esto induce a conductas alimentarias muy peligrosas y dañinas para la salud que se caracterizan por la fijación excesiva en el peso y en la comparación no solamente con las personas que ven en redes sociales: también con sus pares. Es algo que se va contagiando entre los grupos de amistades y la juventud donde hay características similares”.

La psiquiatra infantil Paz Quinteros confirma que luego de instalado el trastorno de la conducta alimentaria en los adolescentes “aparece la obsesión y emerge sintomatología como los cuadros ansiosos o depresivos que exacerban y cronifican la patología alimentaria”.

La influencia de las redes sociales en el regreso del Y2K

TikTok e Instagram son las redes sociales que han jugado un rol en el regreso del Y2K, principalmente por artistas-influencers delgados/as que lo adaptan y crean contenido relacionado a este, imitando o modelando looks icónicos de las estrellas de los 2000s.

​​​​​​En TikTok, en particular, se han popularizado rápidamente dietas (sin respaldo) de celebridades que siguen esta tendencia. Una de estas es la “impulsada” por la modelo Bella Hadid, una de las mayores exponentes del Y2K en las pasarelas del mundo. En ella, los jóvenes o nutricionistas sin experiencia muestran la alimentación que consume diariamente la figura en donde las porciones son mínimas al igual que la ingesta de líquidos. Al mismo tiempo, en esta red social se ha hecho viral un audio de la modelo que dice “My name is Bella Hadid” que los usuarios usan para hacer videos mostrando su delgadez o que no alimentarse los hará ver como ella.

La activista Pumpin declara que los problemas alimentarios de los 2000 actualmente han ido en alza en comparación con 22 años atrás: “El canon de delgadez extrema y la cultura de dieta asociada nunca se fueron. Jamás fueron tratados, incluso hoy han vuelto con más fuerza y agresividad en contra respuesta a lo que el Body Positive ha instalado. En Instagram y TikTok se consume contenido de manera instantánea donde una persona puede crear un video hablando de conductas alimentarias alteradas y cualquiera puede creerlo como un consejo médico”.

De acuerdo con expertas, los problemas derivados del regreso de la moda de los 2000, como son los trastornos alimentarios, se pueden prevenir educando y abriendo espacios de conversación con los actuales jóvenes de la generación Z.

María José Cuellar, psicóloga infanto-juvenil, sostiene que para poder cambiar la visión de los jóvenes de que estos cuerpos son “perfectos”, en los establecimientos escolares se debería “psicoeducar” respecto a lo que son los trastornos alimentarios y el amor propio: “Siempre van a haber influencias, pero lo ideal sería que, si uno hace un trabajo personal con ellos, logren tener fortaleza y seguridad en su autoestima para decir: ‘No tengo el cuerpo que me gustaría, quizás puedo tratar de mejorarlo, pero tampoco intentaré hacer cosas dañinas y lograr lo que estoy viendo en redes sociales’”.

“Falta mucho trabajo en la salud mental de los adolescentes y este tiene que ir tanto en los colegios como en las casas porque a veces las presiones familiares influyen mucho. Debe ser un trabajo a nivel general sistémico”, agrega Cuellar.

La nutricionista Ximena Martínez concluye que las circunstancias familiares pueden afectar mucho más en las rutinas alimentarias de los jóvenes que siguen esta tendencia: “Si tienes una mamá que vive preocupada del peso y dice: ‘No comas porque vas a engordar’, hay un discurso influenciado por este querer de un cuerpo más delgado que viene de los 2000s. Uno tiene adolescentes bombardeados por información donde les hace sentido lo que ven al otro lado de la pantalla porque lo escuchan todo el tiempo”.