Del 17 al 26 de noviembre se llevarán a cabo los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023, donde deportistas paralímpicos de 33 naciones del continente se enfrentarán en las 17 categorías con las que contará este evento. Entre estas, el Paratletismo, disciplina donde competirá Cristián Valenzuela, corredor no vidente y el primer atleta nacional en ganar una medalla de oro paralímpica para el país.

Por Catalina Aliste (@alis.cataa)

Edición por Catalina Butrón (@catabutron)

Cristián Valenzuela (de negro) junto a su guía Francisco Muñoz, entrenando en el Estadio Nacional. Fotografía del Instagram de Valenzuela (@cristparalympics)

En las afueras de la Asociación de Ciegos de Chile, en la comuna de Independencia, se encuentra Cristian Valenzuela con ropa deportiva negra, audífonos puestos y sosteniendo su bastón. Desde ese lugar, el atleta de 40 años cuenta cómo es que su carrera deportiva “está en el ocaso”. Además se refiere al deporte paralímpico en Chile y cómo vivirá estos Juegos Parapanamericanos Santiago 2023.

Adentro está completamente oscuro, se alcanzan a apreciar las paredes con pintura resquebrajada y por fin al fondo se ve un poco de luz natural. “Perdón, no tengo idea si hay luz, es que aquí no la usamos”, dice Valenzuela riendo. Perdió por completo la vista a los 12 años debido a un glaucoma congénito que acarreaba desde que nació. Tras este hecho, indica, pasó cuatro años encerrado en su casa con una fuerte depresión, hasta que se integró al Colegio Santa Lucía para personas ciegas. “Yo no quería ir a un colegio para ciegos, pensaba que iba a estar sentado en una silla y no hacer nada más que eso”.  Sin embargo, fue en aquella institución donde conoció el mundo deportivo. “Empecé a practicar varios deportes, pero de alguna manera hubo una conexión especial con el atletismo cuando tomo la cuerda y empiezo a correr. Fue clave en mi vida, mi corazón sintió que tenía que quedarme, y no sabía por qué ni para qué”.

Hoy Valenzuela, con ceguera total, compite en las categorías de T-11 (discapacidad visual total o severa), es ayudado por un guía con quien corre a la par, unido por una cuerda en las muñecas de cada uno. Con ellos, cuenta, no necesariamente entabla una relación con el tiempo, pues van cambiando con el tiempo.

 

¿Tuvo a alguien clave que lo alentó?

“Mira…tuve amigos. Tuve un amigo mayor que yo en ese colegio y él era muy deportista. Fue un apoyo y un incentivo constante para todo, o sea, desde salir a la calle con bastón, ser más independiente, hasta la práctica deportiva. Erwin Jiménez su nombre. Yo creo que fue una persona clave como para todo esto”.

 

¿Cómo se dio cuenta de que era bueno y dio un salto a competir internacionalmente? 

“Un profesor en el colegio se acercó y me dijo que había posibilidades de representar a Chile en una competencia. Yo partí haciendo 100-400 metros, una cosa súper distinta a la que hago hoy. De ahí mi primer viaje internacional fue a Brasil a Sao Paulo y fue un torneo para Panamericano específico de atletismo para ciegos y ahí corrí”.

 

Y ¿a qué se dedicaba cuando no era deportista a tiempo completo?

“Cuando empecé de forma más oficial (23 años), trabajaba en el call center de Sodimac. Entrenaba en la mañana, me iba al call center y en la tarde volvía a complementar un poco mi entrenamiento. Tenía que trabajar para financiar mis zapatillas, mi implementación y todo lo que yo necesitaba para poder hacer deporte”.

 

¿En ese momento imaginó que iba a llegar a los Juegos Olímpicos o a vivir de esto?

“Fue fluyendo, o sea, cuando me puse las zapatillas por primera vez nunca pensé que iba a ser campeón del mundo… si me puse las zapatillas, conociéndome, era porque iba a dar todo lo que estuviera a mi alcance por ser el mejor y crecer hasta donde la vida me permitiera”. 

 

¿Cuándo le tomó el peso a lo que estaba haciendo?

“Al principio, desde el desconocimiento, no conocía el nivel internacional, si yo decía ‘ah, son ciegos deben correr súper lento’. Entonces cuando llego a Brasil me doy cuenta de que los tipos son rapidísimos. Y chuta, eran ciegos pero muy buenos. Ahí empecé poco a poco a darme cuenta de que el deporte paralímpico no era algo para jugar. Lo tenía que tomar en serio”.

 

Hasta llegar a los primeros JJOO en que compitió, Beijing 2008. 

“Fue el punto de quiebre para yo decir ‘ya, vuelvo a Chile y me voy a poner a entrenar y la próxima vez que me tope con los mejores del mundo, voy a aguantar una, dos o tres vueltas y bien preparado’. Volviendo a Chile cambié de guía, cambié toda mi planificación y ahí conocí a Ricardo Opazo, que para mí fue una persona clave.

 

¿Por qué tan clave Ricardo? 

“Él era un entrenador con mucha experiencia, pero nunca había entrenado a una persona ciega, pero tuvimos, no sé, la conexión. Creo que el universo de alguna manera nos unió. Yo ahí ya quería ser campeón del mundo, entonces Ricardo me dice: ‘bueno, una cosa es que entrenes para sentirte bien, lo otro es para prepararse y ganar’”.

 

Desde ahí ¿cómo fueron los entrenamientos?

“Muy distintos. Era entrenar para ser campeón del mundo. Me metí en un mundo que yo no conocía, donde al entrenar me dolía el cuerpo y a veces terminaba vomitando. Ricardo me decía: ‘ya párate, tienes que seguir entrenando’. Eso es lo que más le agradezco a él, que nunca me vio como una persona ciega. Nunca me vio como una persona con discapacidad. Entrenaba en un grupo de corredores videntes y yo era uno más”. 

 

Esa búsqueda por ser el mejor del mundo llevó a Valenzuela a estar un 7 de septiembre de 2012 en el Estadio Olímpico de Londres. Él era uno más de los 12 atletas que correrían para la final de los 5000 metros paralímpicos de los JJOO de ese año. Se enfrentaría a grandes corredores, entre los que estaban Francis Karanja, de Kenia, y Jason Dunkerley, de Canadá. 

 

JJOO de Londres 2012… ¿Cómo fue prepararse para eso? 

“Me lesioné subiendo un Transantiago. Me fracturé la tibia. Estuve mucho tiempo parado y (cuando) vuelvo a entrenar, me doy cuenta (de) que estoy muy mal. Yo quería el oro, entonces me pongo a entrenar y entrenar. Soy una persona muy espiritual, intento estar muy conectado y hablo mucho con Dios. En ese momento también, le pedí a Dios que me ayudara, porque sentía que solo no iba a poder”.

 

Y durante la carrera, ¿qué ocurrió? ¿Dios te escuchó?

“Después, analizando un poco, me di cuenta de que esa carrera era para mí. Creo que Dios de alguna manera, sin duda me ayudó para que yo pudiera cumplir mi sueño de ganar esa medalla, porque los kenianos se quedaron atrás. Salió un canadiense a correr muy rápido adelante, pero un ritmo que a mí me acomodaba… Entonces, si yo no le hubiera pagado a los competidores, no habría salido tan perfecto como salió”. (Ríe)

 

¿Y qué te pasó luego de cruzar la meta?

“Yo estaba así como, no sé… en otra dimensión. Muy ido. Todos mis compañeros de selección gritaban, o sea, estaban llorando y yo en un nirvana así muy brígido”.

Valenzuela y su guía en Londres 2012 luego de cruzar la meta. Foto de www.alamy.es

 

Y ¿cómo calificaría el recibimiento en Chile luego del oro?

“Fue un buen recibimiento. Yo supe que nosotros por primera vez (paradeportistas) ganamos portadas de diario. (Salíamos) en todas partes y es bacán sentir eso, aunque yo siento que la valoración hacia el deporte paralímpico, en Chile… no estaba preparado. ‘Qué bacán, él ganó una medalla, aplaudámoslo’. Pero no hubo esa valoración, así como cuando el Nico (Massú) ganó el doble oro en Grecia, y ahí hubo una explosión pero brígida de la gente, que sigue hasta el día de hoy”. 

 

Respecto a eso, ¿qué cree que se debe mejorar en torno al deporte paralímpico entonces?

“El posicionamiento. Que la gente entienda que no somos unos discapacitados que hacemos este deporte para entretenernos. Somos deportistas de alto nivel que nos esforzamos todos los días como una persona sin discapacidad para representar a Chile. Hay un trabajo que hacer. Estamos en un país que no es deportivo, que si no es fútbol difícilmente se valora y a eso súmale que la discapacidad siempre se ha expuesto como: vas en la micro y se sube un ciego a cantar. Voy en el metro y hay una persona con discapacidad pidiendo plata. Todos los años está la Teletón mostrándonos historias terribles de personas con discapacidad que nos hacen llorar y nos hacen meternos la mano en el bolsillo para pagar un poco nuestros pecados…”

A días de los Juegos Parapanamericanos, Cristián Valenzuela ha comenzado a entrenar y analizar corridas. Uno de sus atletas favoritos es el eritreo Zersenay Tadese. Les pide a sus amigos que le describan su ritmo, cómo en la pista pasa del primer mil al segundo, en cuánto tiempo, etc. “Uno se va haciendo una idea de cómo son los corredores a nivel internacional. Uno se las arregla. Como cuando voy al cine y me imagino un poco y lo demás lo preguntaré”, indica el atleta. 

 

¿Cómo te estás preparando para correr este año en los Juegos 2023? 

“Este año ha sido súper raro, he tenido tres lesiones que me ha costado mucho sacarme y hace dos semanas empecé recién a entrenar. Hoy recién hice un poco más…el cuerpo no está como yo pensaba que iba a estar, pero es una realidad y de alguna manera espero el milagro. Voy a hacer todo lo que pueda para llegar lo mejor preparado para encontrar mi mejor versión”.

 

¿Le da más ánimos competir “en casa” (Chile)?

“Preferiría estar compitiendo en Dubai. Me pasa que cuando me pongo la camiseta de Chile, siento que estoy representando un país. No es Cristian Valenzuela que está corriendo, es Chile y no puedo quedar mal”.

 

Dado ese contexto ¿cómo te haces cargo de tu salud mental? Me mencionaste la espiritualidad…

“Yo había ganado varias cosas cuando me dijeron sobre una psicóloga deportiva. Me empecé a contactar con ella y encontré que tampoco era un gran aporte. Con esto no estoy diciendo que se vayan todos para la casa y que no ayudan en nada. Es porque uno mismo va buscando su forma. Yo lo que hago es rezar el día anterior de la carrera y hablar con Dios, decirle: ‘mira, yo hice todo lo que pude hasta aquí y mañana tú define quién gana’. Cuando trabajaba con psicólogos me (repetían) eso de imaginarme ganando, pero lo hago cuando estoy orando”.

 


Catalina Aliste es estudiante de tercer año de periodismo en la @fcom_uc. Esta es su primera vez publicando en un medio. Ha trabajado en asistencia de arte de cortometrajes, y también tiene experiencia en la radio. Actualmente, es encargada de redes sociales del corto de ficción @nuncamefui.corto y del programa de @Radio.UC @productonacionaluc