La segunda de tres hermanos, tiene 20 años y estudia sociología en la Universidad Católica, donde hasta hace poco militó en la plataforma de izquierda Crecer y participó en el movimiento estudiantil asistiendo a charlas y visitando establecimientos en toma. A favor de una reforma constitucional, ella no está de acuerdo con la gratuidad de la educación para todos. “Hay familias que podrían pagar por una educación”, dice.

Por Camila Figueroa / Foto Consuelo Olguín

Aunque no le gusta definirse políticamente, Dominique Beyer dice: “yo tengo pensamientos más de izquierda”. De pelo naranjo y chasquilla amarilla, camina por los pasillos del campus San Joaquín de la Universidad Católica con anteojos de marco rojo, polerón de una talla más grande y zapatillas Converse negras. Dominique estudia Sociología –carrera que históricamente ha estado ligada a fuerzas políticas de izquierda– y, reconoce, tuvo que enfrentar más de una crítica cuando su padre era ministro de Educación.

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Cuando el movimiento estudiantil atravesaba uno de sus puntos más altos, Harald Beyer asumió la cartera de Educación el 29 de diciembre de 2011. Dominique cuenta que participó en el movimiento, que visitó establecimientos en toma y habló sobre el conflicto con profesores. Pero hoy piensa que se ha “perdido el norte”, incluso cree que los fines de la Confech y de parte de los profesores se han politizado, sobre todo en la medida que se acercan las próximas elecciones presidenciales. A favor de una reforma constitucional, ella no está de acuerdo con la gratuidad de la educación para todos. “Hay familias que podrían pagar por una educación”, dice.

A pesar de que sus mejores amigos en la universidad pertenecen al movimiento de izquierda Crecer –del cual Dominique fue miembro activo–, ellos no la molestaron los días que siguieron al 17 de abril pasado, cuando Harald Beyer fue destituido por el Senado, después de haber estado casi 15 meses al frente del Mineduc.

— ¿Cómo vio a su padre tras la destitución?
— Fue un tema que hablamos harto, al final mi papá siempre se puso en el peor de los casos. Entonces, el día de la votación en el Senado como que dimos la batalla por perdida. Por lo mismo, él estaba súper tranquilo.

— ¿Qué piensa de la votación en el Senado?
— Yo estoy de acuerdo en lo que dice mi papá, de que fue una estrategia más política. Lamentablemente fue una estrategia de la Concertación para captar votos y para parecer estar del lado de los estudiantes. Lo que a mí más me da lata es que el movimiento estudiantil piense que son ellos los que ganan, pero desde mi punto de vista la Concertación nos está metiendo el dedo en la boca a todos. No es un triunfo para el movimiento, no se está avanzando en nada.

— ¿Usted cree que la destitución fue injusta?
— Sí, creo que fue politiquería, como dice mi papá también. Fue un poco chanta, además surgieron todas estas polémicas del copy-paste. No fue algo que se hizo muy metódicamente, no se hizo de manera correcta.

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Después de la destitución de su padre, Dominique tuvo que soportar críticas a través de Facebook y Twitter –cuestión que le dolió, reconoce– y escuchar decenas de opiniones divididas sobre el desempeño de Harald Beyer. Según Dominique, algunos hoy ven a su padre como un mártir y otros incluso van más allá: “Algunos se fueron por el chorro tratándolo casi como un santo”, dice.

— Según las declaraciones de su padre, él se siente decepcionado de Michelle Bachelet, ¿qué opina usted sobre ella?
— Uf… Siento que tiene una llegada que encarna todo el pueblo reprimido. Encarna haber sido torturada junto a su mamá, entonces mucha gente se ve representada en ella y en parte por eso tiene tanta popularidad. Objetivamente creo que su gobierno fue muy pasivo. Su gobierno no hizo todo lo que podría haber hecho por no quedar mal con nadie, como dicen.

— En ese sentido, ¿el gobierno de Sebastián Piñera ha sido más activo?
— No sé, siento que a este gobierno le llegó un poco el coletazo. Igual sabemos que es un gobierno de derecha, por lo tanto los avances han sido en materia económica y, quizás, no tanto en otros aspectos. No sabría decirte si es mejor o peor, además, hay demasiada oposición en torno al gobierno.

Dominique Beyer militó en el movimiento de izquierda Crecer.

Dominique cuenta que nunca ha considerado a su padre como un político y recuerda que para él no fue fácil asumir como ministro. Le ofrecieron el cargo tres veces antes de que aceptara, recuerda, y finalmente la decisión fue tomada en familia.

“Mi papá sentía que podía hacer algo al respecto”, recuerda Dominique, quien piensa que estar a cargo del Mineduc ha sido el trabajo más difícil de su padre: “Yo creo que él nunca había estado tan expuesto, nunca lo vi tan estresado porque esto lo sacó de su espacio de comodidad”, dice.

La destitución de su cargo inhabilita a Harald Beyer para trabajar en un cargo público por cinco años. Dominique cuenta que él hoy tiene otros planes. Tenía ofertas de trabajo pero no sabe qué pasó con ellas: “Son cosas de papás”, dice. No descarta que vuelva al Centro de Estudios Públicos (CEP) y, por ahora, dice Dominique, él se está tomando las cosas con calma y la familia lo apoya para que se tome su tiempo y decida qué quiere hacer.

Sobre la autoras: Camila Figueroa es alumna de cuarto año de Periodismo y esta entrevista es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por la profesora Michelle Chapochnick. Los retratos son de Consuelo Olguín, alumna de quinto año de Periodismo, y corresponden a su trabajo en el curso Taller de Fotografía Periodística, dictado por la profesora Consuelo Saavedra.