La protección de los barrios y una mayor participación ciudadana fueron dos de los ejes más importantes del programa de Josefa Errázuriz, candidata independiente, que ganó las elecciones municipales en Providencia.
Por Camila Fernández
Josefa Errázuriz tenía 55 años cuando decidió jubilar del cargo de coordinadora por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), empleo que desempeñó durante 33 años. Luego de tomar la decisión, comenzó a dedicarse de lleno a las juntas de vecinos de Providencia. Gran parte de su tiempo se orientó a actividades relacionadas con la protección del medioambiente y de los barrios antiguos de la comuna, que estaban siendo destruidos para construir edificios de altura. La Providencia de su niñez, esa de vida en casa y de cercanía entre los vecinos, estaba desapareciendo.
La Pepa, como la llaman sus seres queridos, nació en la Clínica Santa María, ubicada en Providencia, y desde su nacimiento no se ha despegado de su adorada comuna. Vivió toda su juventud en la casa de sus padres, ubicada en la calle Galvarino Gallardo, y el año 1986 compró una propia, también en Providencia.
Estudió sociología en la Universidad de Chile, carrera que la ayudó a conocer las distintas realidades de los chilenos. La jubilación del PNUD le permitió, dice Errázuriz, destinar todo su tiempo al trabajo social. Desde esa plataforma propuso ideas y proyectos en pro de la defensa de los derechos de la comunidad y de la comuna, y se convirtió en presidenta de la Unión Comunal de las Juntas de Vecinos. Todos estos procesos los vivió durante los 16 años de gestión del alcalde, Cristián Labbé (UDI).
Poco a poco, y por lo que ella consideraba la destrucción de los barrios y, sobre todo, por el escaso diálogo entre Labbé y sus vecinos, Errázuriz decidió postularse como candidata a alcaldesa. El día 13 de mayo ganó las primarias realizadas por Providencia Participa, instancia en la que derrotó a Cristóbal Bellolio (Red Liberal) y a Javier Insulza (PS). Con el triunfo, Errázuriz pasó a ser la única competidora para enfrentar a Cristián Labbé en las elecciones del 28 de octubre.
Dos semanas antes de las elecciones, sentada en un sillón de terciopelo café ubicado en el living de su casa, Errázuriz estaba vestida con un chaleco a rayas azules y verdes, pantalón de tela café y una chapita de campaña en el lado derecho de su pecho. “Hoy, que es fin de semana, me puedo vestir así, más cómoda. Los días de actividades me dicen que no puedo salir así, que me vista más formal”, dijo mientras se paraba a encender una estufa a parafina.
El living estaba oscuro, no entraba mucha luz del sol por las ventanas. La razón es que su casa y la de tres vecinos más están rodeadas por tres edificios y un cuarto en construcción. Este encierro, la invasión de los edificios en desmedro de la vida en casa, es uno de los temas a los que Errázuriz dará prioridad durante su mandato: “lo primero es la protección irrestricta de los barrios. Actualmente, el plan regulador del año 2007 es absolutamente permisivo, con él hemos perdido patrimonio, hemos perdido identidad, vida de barrio y, por último, intimidad”, dice. Errázuriz propone como solución crear un nuevo plan regulador, que protegerá ciertos barrios de manera prioritaria.
Otro aspecto en que se centrará su gestión, dice, será el de la inclusión de los vecinos a la hora de la toma de decisiones respecto al futuro de la comuna. Esto, cuenta, se llevará a cabo a través de reuniones con la comunidad.
Errázuriz, sin desmerecer los avances que el actual edil ha generado para la comuna, asegura que ha habido un desgaste a lo largo de los periodos de su mandato y que es necesario un cambio: “la verdad es que en esta comuna no hay participación, no se escucha a los vecinos, yo siento que efectivamente en el último periodo del actual alcalde, que lleva cuatro, hay un abandono de la comuna en términos de vecinos para preocuparse de la marca Providencia”, dijo la candidata que fue electa con el 56,06 por ciento del total de votos.
Después de 16 años de gestión de Cristián Labbé, Josefa Errázuriz dice que espera transformar a la comuna en una “nueva Providencia”, especialmente sobre la base de una mayor participación ciudadana.