Por Andrea Sepúlveda 

La reñida elección entre la demócrata, Kamala Harris, y el republicano, Donald Trump, para decidir quién será el próximo presidente de Estados Unidos, comienza oficialmente hoy. Pero antes, se debe elegir a los miembros del Colegio de Electores, quienes son los que votarán, directamente, entre ambas opciones.  

Cada cuatro años, Estados Unidos debe elegir a un nuevo presidente y vicepresidente. Es en este período en el que surgen dudas del sistema electoral norteamericano, y las diferencias que tiene con el chileno.  

El sistema eleccionario estadounidense es de voto indirecto, lo que quiere decir que las personas de cada estado votan por representantes, que conformarán el Colegio Electoral. Este organismo está compuesto por 538 electores, y es necesario el voto de 270 de ellos para elegir a un ganador de las elecciones presidenciales.  

Pero ¿qué es el Colegio de Electores? 

Según la página web del gobierno estadounidense en español, “la incorporación de ‘electores’ en el proceso de las elecciones se estableció en la Constitución, para encontrar un punto medio entre el voto popular del ciudadano y la votación del Congreso”.  

Es un proceso, en el que los electores son elegidos exclusivamente para las elecciones presidenciales, para votar por los candidatos y elegir un ganador. Por lo general, a pesar de que se publican los resultados el mismo día, el resultado final estaría a mediados de diciembre, cuando los electores se reúnan en sus estados. Eso es lo que se espera que suceda este año, debido a que las encuestas de este año entregan porcentajes iguales o casi iguales para ambos candidatos.

¿Qué se espera para estas elecciones? 

Según encuestas realizadas por NBC News, los candidatos al cargo de presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del Partido Republicano, y Kamala Harris, del Partido Demócrata, estarían empatados con un 49% cada uno. 

Cada estado tendrá una cantidad determinada de electores, proporcional a la cantidad de sus habitantes. En la mayoría de los estados aplica la regla de que “el ganador se lo lleva todo”, que quiere decir que cualquiera de los candidatos presidenciales –Harris o Trump– que gane, se llevará el total de los votos electorales. Las únicas excepciones son Maine y Nebraska, que asignan a sus electores con un sistema proporcional. 

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Los estados clave para estas elecciones, los tan llamados swing states, son siete: Georgia, Pensilvania, Carolina del Norte, Wisconsin, Míchigan, Arizona y Nevada. Entre todos concentran un total de 93 votos electorales, y aún no hay seguridad de cuál será el candidato que se los lleve. El resultado de estos estados podría inclinar la balanza hacia cualquiera de los dos lados.