Hace un año estuvo a 59 votos de convertirse en Consejero Superior de la UC y ahora disputa la presidencia de la federación de estudiantes a la cabeza de la lista Solidaridad. Cristián Stewart reconoce que se siente cerca del gremialismo y asegura que, de ganar, jugarán un papel relevante dentro de la Confech.
Por Valentina Echeverría
Hace un año Cristián Stewart (24) estaba haciendo lo mismo. Con una polera roja con el logo de la lista Solidaridad, “hacía patio” en los campus de la Universidad Católica, sobre todo en la Casa Central, donde él estudia Derecho desde hace seis años. Pero hoy corre una carrera distinta: este año busca la presidencia de la Federación de Estudiantes de la UC (Feuc), y no el cargo de Consejero Superior, del que estuvo a sólo 59 votos.
Solidaridad, movimiento político basado en el social cristianismo, comenzó a gestarse en 2010. El año pasado se presentó a elecciones por primera vez y ahora, después de derrotar en primera vuelta al Movimiento Gremial –la lista con mayor trayectoria en la UC, con 45 años de vida–, Solidaridad disputa voto a voto la Feuc 2013 frente a la Nueva Acción Universitaria (NAU), que busca su quinto año consecutivo al frente de la federación.
–Hace unas semanas dijo que el principal desafío era pasar a segunda vuelta, porque después de eso el triunfo era seguro. ¿Mantiene esa convicción?
–Sí, sigo con esa misma convicción. Yo creo que la universidad se está dando cuenta de que necesita algo nuevo, que le dé frescura a la federación. El desgaste propio de una federación de cuatro años hace que sea necesaria la alternancia. Y yo creo que la mirada distinta que le podemos dar a la Confech puede ser una oportunidad muy buena para saber si ésta es efectivamente una instancia abierta y tolerante.
–¿Les interesa influir más allá del ámbito estudiantil?
–No es algo que sea prioridad ni que tengamos en la mira, pero si realmente somos una generación de jóvenes que entendemos que la política es muy necesaria para resolver los problemas de la sociedad, obvio que es una opción. Pero no es nada concreto.
–¿Dónde se sitúa Solidaridad en el espectro político?
–Nosotros no creemos en las categorías clásicas que hay en política de derecha o izquierda. Yo creo que son etiquetas que solamente buscan simplificar el debate de ideas y el encasillamiento simplista no ayuda a que uno pueda discutir ideas de fondo. Pero, si nos tenemos que situar, somos un movimiento de centro derecha.
–¿Qué los diferencia del NAU?
–Tenemos profundas diferencias. Nosotros basamos nuestra acción política desde el social cristianismo y el NAU no. Nosotros tenemos una visión distinta de persona que entiende que la dignidad va desde la concepción hasta la muerte natural y por eso mismo creemos que se puede defender el derecho a la vida. Y con ese mismo énfasis, defender el derecho de los trabajadores subcontratados cuando están teniendo contratos que van en contra de la dignidad de la persona. El NAU tiene mucha diversidad en su concepción de personas.
–¿Qué diferencias tiene Solidaridad con el Movimiento Gremial?
–El Movimiento Gremial nació en un momento muy diferente, en un país radicalmente distinto al de hoy. Ellos nacieron en 1967, nosotros en 2010 para hacernos cargo de los problemas de estos tiempos. Somos un movimiento político que defiende sus principios desde la política y sin ningún temor a decirlo. Y también tenemos formas de actuar quizás distintas que justifican que existen dos movimientos. Sin embargo, también tenemos una visión de persona y una visión de la identidad de la universidad bastante similar.
–El año pasado, Solidaridad apoyó al Movimiento Gremial en segunda vuelta, ¿esperas que eso sea recíproco este año?
–Como lista ellos ya nos dieron su apoyo. Joaquín Zavala (el candidato gremialista para presidir la Feuc, que perdió en primera vuelta) dijo públicamente que iba a votar por nosotros. En todo caso, yo no creo en las órdenes de partido porque le quitan la libertad a las personas. Pero yo creo que existen muchas similitudes y que acá se juega una visión de la universidad que es importante y, en ese contexto, nosotros comulgamos con el Movimiento Gremial.
–¿Cuál de sus propuestas es prioritaria?
–Como todavía no ganamos, no tenemos una Carta Gantt definida en función a prioridades, pero el proyecto que a mí más me mueve es “UC para Chile”. La idea es entender que desde las distintas disciplinas y roles, como funcionarios, profesores, estudiantes y directivos, propongamos soluciones concretas desde la interdisciplina de la universidad, aprovechando la riqueza de cada una para ponerla al servicio de la sociedad.
–¿Cómo se enfrentarían el conflicto estudiantil?
–Nos meteríamos mucho en la Confech. Creo que es muy positivo que se discuta el tema de la educación, y el movimiento estudiantil dio en el clavo en ese sentido. Nos sentimos parte de esa cara del movimiento estudiantil, pero no estamos de acuerdo en la forma en que se conduce la Confech. Creemos que la política no es de blancos y negros, no es de emplazar ni exigir, sino más bien de proponer y ofrecer. Si la Confech es realmente una instancia abierta, tolerante y democrática, va a aceptarnos igual como aceptaron a otros, al menos en el papel.
–¿Cree que van a tener un espacio para que los escuchen?
–Hay que hacérselo. No me gusta hacer política de ficción, no tengo idea de qué va a pasar porque no soy adivino, pero sí creo que es muy necesario y que es una exigencia dentro de una instancia democrática como la Confech que exista una visión distinta.
–¿Cuál es su principal crítica a los cuatro años de gestión del NAU?
–Yo creo que hay una crítica que es de común consenso con muchos de los movimientos: una especie de superioridad moral, de que si uno no piensa como ellos, necesariamente, está equivocado. Eso se grafica mucho en la cultura de cómo se hace política en la federación, que no nos fijamos en qué estamos de acuerdo, si no que nos fijamos en qué estamos en desacuerdo. Y eso es algo muy malo.
Sobre la autora: Valentina Echeverría es alumna de cuarto año de Periodismo y este artículo es parte de su trabajo en el curso Taller de Prensa Escrita, dictado por el profesor Sebastián Rivas.