Territorio bicolor

Justo antes de llegar a Lyon, por Nueva Providencia, una obra metódica se alza en la vereda norte. El 10 de octubre de 2013, las tres manos del colectivo Vagabundo comenzaron la preparación del mural Cien caras y un país, que con plumón y óleo se llenaría de historia y personajes.

Texto y fotos por Milena Castro

Luis Ormazábal (25) de San Antonio, Eduardo “Lalo” Lobos (28) de Antofagasta y Exequiel Rauscher (26) de Buenos Aires, se conocieron el 2008 mientras estudiaban publicidad en la Universidad Diego Portales. Inspirados por las ilustraciones de un grupo de brasileños, Mulheres Barbadas, y llamados desde su niñez por el dibujo, decidieron cambiar su rumbo laboral y en 2010 formaron Vagabundo, un colectivo de ilustración contemporánea.

Con un estilo caricaturesco, que aún conservan, comenzaron en pequeño formato: hoja de carta, A4, Block 99, no más de treinta por cuarenta centímetros. Su primer mural sobre los Beatles fue Twist And Shout, en el departamento del hermano de Lalo, con la ilustración de Paul McCartney y Ringo Star en cuatro metros de largo por casi dos de alto. Después de Freedom, de tres por dos metros, y Espacios Radicales, de siete metros y medio por dos, todos en interior, comenzaron su cuarta obra en Ricardo Lyon con Nueva Providencia, que aún sueñan con terminar.

El título de la ilustración es Cien caras y un país, y contiene personajes representativos de cada región de Chile.

La invitación del festival de intervención urbana, Santiago 100 en un día (2013), los motivó a adentrarse en este cuarto mural, llamado Cien caras y un país. “Salimos por las calles de Santiago para ver qué murallas estaban disponibles y cuando vimos esa, se nos ocurrió al tiro la idea de hacer Chile largo y angosto”, comenta Luis mientras explica, moviendo sus brazos, el contenido de los dieciocho metros de largo por dos de alto del muro.

La gama de personajes es variado: Lautaro, Arturo Prat y Violeta Parra, son algunos ejemplos.

Con un boceto en hoja de carta y una presentación en Illustrator, fueron hasta el edificio residencial al que pertenecía el pedazo de hormigón en la esquina de las calles Ricardo Lyon y Nueva Providencia, para presentárselo a la comunidad. Luego de una respuesta favorable, el proyecto comenzó.

Raspar la superficie y pintar al menos tres capas de blanco, fue sólo el comienzo. Entre marcadores y tiralíneas o Posca (marcador permanente de pintura en base a agua), la estética del dibujo de caricatura que los caracteriza empezó a tomar forma sobre el muro.

De norte a sur, nuestro país se ve representado con más de cien personajes. Desde el frente, el norte está a la izquierda y presenta el altiplano, con flora, fauna y personajes como Alexis Sánchez y Gabriela Mistral. Seguido de la zona centro, donde Santiago toma protagonismo con un bus del Transantiago, la virgen del San Cristóbal y finalmente el sur del país con temáticas legendarias como el trauco y personajes como Pablo Neruda y Violeta Parra.

Los artistas usaron marcadores 0.7 para dar textura a los dibujos.

Esta obra fue creada con una combinación de técnicas. Rellenaron fondos con diminutos puntos de marcadores con punta de 0.7 milímetros para crear profundidad y una textura visual en la barba de Arturo Prat. Comenzaron alternando pincel y plumón, con la idea de avanzar más rápido en las zonas que luego se pintarían con óleo. Luis comenta que para ocupar el óleo dependían del tiempo y la temperatura, ya que la textura del material cambia en exterior: se pone viscoso y difícil de manejar.

Por esa razón, decidieron seguir el proyecto “a puro lápiz”, aunque eso significara extender el tiempo de trabajo. A mano alzada, con finas rayas y punteos, los plumones se convirtieron en la única herramienta en acción.

Los implementos a utilizar los fueron eligiendo en el momento. “Gran parte de la creación es libre, los doodles (técnica de relleno vectorial de cualquier ilustración), de ir avanzando y comiéndose espacios, se trata de saber improvisar”, explica Exequiel.

En la obra convive un trabajo métodico en el aspecto visual de los dibujos, pero libre e improvisado en su creación.

Comenzaron trabajando todos los días, de cinco de la tarde a dos de la mañana. Trabajaron feriados y fines de semana. Pero con el tiempo esta rutina fue perdiendo el patrón y los días de trabajo se vieron distanciados cada vez más. Llegaron nuevos proyectos, como la portada de la edición de diciembre 2014 de la revista Cáñamo y su participación en el concurso para el afiche oficial de Lollapalooza del mismo año. Por problemas de tiempo, la ilustración de Chile en blanco y negro no pudo ser terminada.

Destaca el respeto que transeúntes y grafiteros han tenido con el trabajo de Vagabundo.

Vagabundos con hogar
En abril de 2015, su proyecto principal es terminar de armar el taller definitivo del colectivo en la Casa de los Diez, a cuatro cuadras del metro Santa Lucía hacia el sur. Este lugar histórico albergó, a principios del siglo XX, a los Diez, comunidad de artistas de la época; entre ellos Juan Francisco González (pintor) y Pedro Prado (arquitecto, pintor y poeta). Casi cien años después, abre sus puertas para un nuevo grupo de artistas, como estos dibujantes.

El financiamiento que tiene Vagabundo, basado en aportes voluntarios, también influye en el tiempo que demoran en finalizar cualquier obra.

“Era un proyecto de no más de nueve meses y nos hemos demorado más de un año”, se lamenta Exequiel, aludiendo al tiempo que requerían otros proyectos en los que se adentraron.

Desde el 2014 son auspiciados por la librería Color Animal, lo que los ha ayudado a aumentar la cantidad de obras en proceso, y probar diferentes superficies, como pilares estructurales completamente ilustrados e incluso The One, una bicicleta pistera en la que dibujaron sobre el marco de aluminio.

Cien caras y un país ha sido respetado por grafiteros y muralistas, bajo la advertencia: “Obra en proceso, agradecemos el respeto”; con una cara feliz al final del mensaje. El proyecto sigue en desarrollo y aunque no pueden precisar la fecha, pretenden terminarlo.

Sobre la autora:Milena Castro es alumna de segundo año de Dirección Audiovisual en la Facultad de Comunicaciones UC y escribió este artículo como colaboradora de Km Cero. Este trabajo fue editado por Gabriela Campillo, estudiante de cuarto año de periodismo, creadora y editora de la sección sobre arte gráfico callejero Gritos en el Muro para Km Cero, como parte de su trabajo en el curso Taller de Edición en Prensa Escrita impartido por el Profesor Enrique Núñez Mussa.