El diseñador vestido con una de sus propias creaciones. Fotos por Felipe Ponce, gentileza de Sebastián Plaza.

Tejedor radical

Ingrato es la firma y alter ego de Sebastián Plaza (26), diseñador que busca rescatar las técnicas artesanales textiles en un país que, según él, no aprecia su valor. Él experimenta con colores sicodélicos y patrones inconexos para así crear vestidos, máscaras y trajes de cuerpo entero, cuyo fin es hacer una crítica social a la industria en masa y a los cánones de belleza . Su trabajo lo llevó a participar en la sexta versión del International Fashion Showcase (IFS) en Londres, en el que destacó entre la alta costura.

Por Dominique Dupré Daroch

La fascinación por tejer de Sebastián Plaza (26), comenzó hace seis años. En Lima, durante un viaje, descubrió un tipo de artesanía que nunca había visto antes. Piezas de ropa hechas de lana que tenían una finalidad ritual. Máscaras que cubrían toda la cara con tejidos inconexos y corpóreos que vio en Perú. Quiso reproducir con sus manos aquellas figuras.

Apenas volvió a Chile, cuando tenía 20 años, le pidió a la madre de su pareja en ese tiempo, que le enseñara a tejer. También aprendió de su madre y sus dos abuelas. “Empecé a experimentar y todo se volvió una locura. Empezaron a salir máscaras, ropa, accesorios, cosas más de intervención, con colores distintos y materiales raros. Todo ha sido súper experimental y hasta ahora eso me ha funcionado”, comenta Plaza.

En 2011 creó la marca Ingrato bajo la cual están sus creaciones en lana.

Sebastián es el menor de cuatro hermanos en una familia en que las artes y la creatividad siempre estuvieron presentes. Cuando tenía tres años, su familia se mudó de Santiago a Viña del Mar. Su madre, Verónica Kutzbach, al quedar sin trabajo se dedicó algunos años a vender artesanía como collares, aros y prendas tejidas. Sebastián cuenta que, desde niño, ella le compraba a sus hermanos y a él materiales de arte y hacían manualidades juntos. Hoy su hermana mayor Daniela (40) es publicista en Santiago, su hermano Felipe (34) vive hace siete años en Suiza donde está dedicado a su banda de heavy metal y Alessandra (33), su media hermana, es escultora y profesora en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Según su mamá, cuando pequeño, él era un niño tranquilo, le gustaba la música, el dibujo y pintar. Al tener una diferencia de edad significativa con sus hermanos, pasaba la mayoría del tiempo con su mamá. “Él se vivió todo ese proceso en que yo hacía artesanía y salía a venderlas. A veces me ayudaba y andaba conmigo para todas partes en las ferias”, recuerda Kutzbach.

“Cuando empecé a tejer me enojé al toque. Ser artesano acá es imposible. Me da mucha pena, porque son personas muy dedicadas. Sus manos, sus ojos, se gastan mucho más rápido, pero al momento de comprar les piden rebaja. La artesanía es la pega más ingrata en Chile”, lamenta Plaza.

Sebastián mide 1.75, tiene el cabello corto y teñido de un color que mezcla el lila y el celeste. El negro de su bigote y barba contrastan con la blancura de su piel. En el pequeño departamento que arrienda en barrio Lastarria, usa su comedor como área de trabajo. En una esquina está su computador que usa para trabajar en diseño gráfico, rodeado de prenda tejidas con las que decora el lugar. Ahí produce las prendas de Ingrato, marca que creó en 2011 para sus creaciones en lana. Aunque últimamente el tejido ocupa la mayor parte de su tiempo, él lo considera un hobby, ya que se solventa con trabajos de diseño gráfico para empresas y medios como Revista Paula, El Mercurio y La Segunda.

Siempre quiso estudiar Diseño de Vestuario, pero al pensar que sería complicado vivir de eso en Chile, optó por cursar Diseño Gráfico en el Instituto DuocUc de Viña del Mar. Layla Taras trabaja con él como ilustradora y fue su compañera en la universidad. “Cuando partió tejiendo se obsesionó. A cada rato, cada vez que tenía un tiempo libre estaba tejiendo. Es súper perfeccionista, y hasta ahora cuando nos juntamos está todo el rato haciendo ideas de diseño y viendo referentes. Lo que él hace no es solamente un trabajo, es su estilo de vida”, cuenta Taras.

“Cuando empecé a tejer me enojé al toque. Ser artesano acá es imposible. Me da mucha pena, porque son personas muy dedicadas. Sus manos, sus ojos, se gastan mucho más rápido, pero al momento de comprar les piden rebaja. La artesanía es la pega más ingrata en Chile”, lamenta Plaza.

Sus prendas deforman las curvas para romper los parámetros de belleza tradicional. Su objetivo, dice, es salir de lo que él llama “el tejido de revista”, y encontró inspiración en la estética japonesa. Desde que él recuerda siempre le llamó la atención el animé y a medida que fue creciendo, la cultura y moda de Japón. “Los japoneses son raros y eso me gusta, no los puedo catalogar, pero lo que más me gusta es que son metódicos. Eligen una cosa y la perfeccionan hasta morir. Me gustaría ser así”, asegura Plaza.

La creaciones de Sebastián Plaza deforman la figura humana, inspiradas en la estética de la animación japonesa.

En 2013 tomó un curso de construcción de máscaras en el que conoció a Valentina Rosende, diseñadora de vestuario, con quien luego entabló una amistad. “Recuerdo que en un momento, hablando de nuestro fanatismo japonés le recomendé el anime Aku no Hana. Le hizo tanto sentido la temática que se tatuó la flor representativa de la serie”, comenta Rosende.

Sebastián considera su cuerpo como un lienzo y disfruta tatuarse imágenes relacionadas con vivencias que lo han marcado o cosas que le llaman la atención. Tiene catorce tatuajes repartidos entre los brazos, manos, torso y piernas. “Ver una piel tan plana lo encontraba fome, me gusta usar mi cuerpo, porque me encanta el trabajo que hacen los tatuadores”, cuenta Plaza, mientras observa el sello sagrado del Rey Salomón al dorso de su mano. Cada vez que pasa un momento importante en su vida agrega un dibujo nuevo a su cuerpo.

Su tatuaje más reciente es el de una araña tejedora, que se hizo a raíz de dos de los hitos más importantes para su carrera como diseñador hasta el momento. En febrero de 2017 fue invitado a realizar un taller al evento Latinos Somos en Brasil, que reunió a artesanos de todo el continente. “Me encantó esa experiencia. Si llego a vivir siempre haciendo clases, llegaría a la felicidad máxima, aunque no creo que eso exista”, comenta Plaza en tono burlón.

“Es muy interesante lo que hace porque desde el punto de vista del vestuario, no hace vestuario. Crea personajes y formas de lana que acá nadie más desarrolla”, opina el diseñador Matías Hernán.

En paralelo se estaba desarrollando otro de los hitos más importantes de su carrera. En noviembre del 2016, había sido contactado para participar en el International Fashion Showcase IFS de Londres -el festival de diseñadores independientes que se realiza en paralelo a la semana de la moda- para realizar una exposición junto a consagrados diseñadores nacionales como Lupe Gajardo, Matías Hernán y el estudio Sisa en representación de Chile. “Cuando me llegó el mail no creía que era verdad. Me volví loco. Hice tres vestidosk, aunque al final era uno el que había que exponer”, recuerda Sebastián avergonzado. Por desgracia, se había comprometido anteriormente con los talleres de Brasil, por lo que no pudo estar presencialmente.

La exhibición sacó mención honrosa al mejor país, siendo éste el máximo reconocimiento del encuentro. “El vestido de Sebastián impresionó mucho. Las mujeres británicas se volvían locas con el vestido, mirando los puntos y técnicas de esa desfachatez que es el depósito de locura creativa que él hace”, recalca Tamara Poblete, coordinadora de los proyectos creativos del British Council, quien postuló su trabajo.

Actualmente está ahorrando para viajar a Japón a buscar galerías donde exponer sus piezas o participar en pasarelas. Aunque muchos le han dicho que su arte en Chile nunca será apreciado, después de unos años le gustaría volver para enseñar lo que obtendrá de su experiencia. “No puedo irme y decir que no me importa volver, porque hay mucha gente en Chile que disfruta del tejido. Acá he aprendido todo, no puedo ser tan Ingrato”, reflexiona Sebastián. Actualmente está diseñando una línea de 30 piezas de vestir y espera encontrar un espacio dónde exhibirlas.

Sobre la autora: Dominique Dupré Daroch escribió este perfil como parte del curso Taller de Prensa, y fue editado por Sofía Hidalgo Ulianova en el Taller de Edición en Prensa Escrita