PERSONAJES:

Rosario Navarro: Reflexiones de la primera presidenta mujer de la Sofofa en sus 140 años

“Yo siempre he tenido ese sueño de querer cambiar el mundo”, decía hace un mes la entonces candidata a la presidencia del gremio industrial más importante de Chile. Hoy, convertida en la primera mujer a la cabeza de la Sofofa, Rosario Navarro cuenta los miedos que tuvo que superar para construir su rol de líder y adelanta que en su gestión quiere trabajar para que las empresas sean más flexibles y tengan a las personas en el centro de su desarrollo.

Texto y fotografía: Elisa Mena @muyelisa

Edición: Taller de Edición

7 minutos de lectura ⏰

Pasaron 140 años y 26 presidentes hombres. Pero la historia cambió cuando el pasado 31 de mayo la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), el gremio industrial más poderoso de Chile, eligió a Rosario Navarro como su primera presidenta mujer. Escogida con el 87% de los votos, Navarro, de 48 años, Licenciada en Estética de la Universidad Católica, liderará Sofofa los próximos dos años en conjunto con Óscar Hasbún, gerente general de la Compañía Sud Americana de Vapores, y Gonzalo Said, director de Embotelladora Andina y Scotiabank, quienes ocuparán los cargos de vicepresidentes.

Navarro comenzó su carrera empresarial hace solo diez años cuando su padre, el empresario Andrés Navarro, fundador de Sonda, le pidió que lo reemplazara en el directorio de la empresa de tecnología líder en América Latina. Hoy es, además, vicepresidenta de la compañía.

¿Cómo fue el momento en que te enteraste del resultado?

“Súper emocionante”, dice en la entrada de su casa, dos días después de ser elegida, en una pausa de viernes, cuando su agenda tiene escasos espacios libres para dar entrevistas. “Fue un día que vino a culminar un trabajo largo, de seis meses. Ahora estoy con todas las pilas porque hay que empezar a liderar el gremio. Estoy muy desafiada, contenta, pero en paz”, dice.

Cuatro semanas antes de su elección, todavía en su rol de candidata, en la comodidad de su casa se sentó a conversar con Kmcero sobre cómo vislumbra un futuro prometedor para la federación gremial que agrupa a más de cuatro mil empresas de distintos tamaños y sectores. Un futuro que Navarro imagina marcado por cambios e innovación.

Los fantasmas antes de la presidencia

Es lunes 1 de mayo, 11:30 horas. Es uno de los pocos feriados irrenunciables en Chile y Rosario Navarro está en pie desde las 6:15 de la mañana. En su rol de candidata a la presidencia de la Sofofa, viene llegando de la conmemoración del Día Internacional de las y los Trabajadores, donde compartió con el presidente, Gabriel Boric.

Ya de regreso en su casa se disculpa “por el caos” en el que dice está sumido su living. El día antes fue anfitriona de una fiesta para los papás del curso de su hijo menor, Ismael (9). A esta hora, en una terraza conversa un grupo de jóvenes universitarios, amigos de otro de sus cuatro hijos. Desde el segundo piso se alcanzan a escuchar risas que se entremezclan con el sonido de algún programa de televisión para niños. Sonriente, Rosario Navarro abre una lata de Coca-Cola Light y se sienta en la terraza de su casa, rodeada por las hojas caídas de otoño.

¿Por qué tomaste la decisión de postularte a la presidencia de la Sofofa?

– Me enamoré de la labor gremial cuando entré a la Sofofa. Me di cuenta del potencial enorme que tiene para transformar. Las empresas generan empleo, bienestar, están muy involucradas en el quehacer social, pero cuando lo haces a través de un gremio, esa mirada más colectiva se manifiesta de una manera súper potente. Yo siempre he tenido ese sueño de querer cambiar el mundo, y es desde ahí que mis habilidades podían ponerse al servicio de ese sueño. En el período final de Richard (von Appen, presidente del gremio al momento de la entrevista), se me presentó la oportunidad y dije: “pucha, por qué no tomarla”.

¿Cómo crees que se contará la historia en la Sofofa en 140 años más?

– Ojalá que sea la primera mujer en 140 años, pero no sea la única. Yo creo que existe una gran responsabilidad cuando te toca ejercer el rol de inspirar a más mujeres y a las nuevas generaciones, a tener un rol activo en el quehacer empresarial. Está lleno de mujeres muy talentosas que han estado ajenas al protagonismo empresarial por la carga que se requiere tener. Yo siempre digo, es bien injusto que la época más productiva intelectualmente, cuando una está desarrollando, creando valor y creando empresas, es también el periodo de la vida cuando te toca ser mamá.

¿Podrías compartir alguna experiencia significativa o desafío personal que haya influido en tu carrera?

-Uff… Tengo hartas, pero creo que la principal, es derribar a tu fantasma. Tu impostor interno. Me costó años creer en mí. Es algo que te lo deberían enseñar en kínder. El peor enemigo, a veces, eres tú mismo. En mi carrera profesional, muchas veces en los espacios que me frustré o que no encontré apoyo, tendí a echarle la culpa al del lado. Ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que el principal enemigo fui yo misma.

¿Cómo derribaste ese fantasma?

– Gran parte fue la autoindagación. Meditar. Es una herramienta para sentarte, estar y simplemente mirar hacia adentro. Mirarte a ti. Y en ese espacio de silencio y de intimidad, no tenía a quién echarle la culpa. Es el espacio más honesto que uno puede tener. Yo creo que me fue ayudando a percatarme que, si yo no era capaz de quererme, admirarme y finalmente de soñar, nadie lo iba a hacer por mí.

¿Cómo piensas balancear tus responsabilidades con tu vida personal y familiar?

– Es bien complejo, porque este cargo (la presidencia de la Sofofa) exige 100% dedicación. Por un lado, significó que conversar con mis partner de Idemax Consulting, la consultora de negocios que tengo con otros socios, y decirles: ‘oye, por un periodo de dos años, voy a tener que salirme de la operación de la empresa’. Al mismo tiempo, tuve que hablar con mis hijos y con mi marido. Tengo una familia bien apoyadora. Yo creo que para mis hijos ver a una mamá feliz, que está cumpliendo su sueño de cambiar el mundo, es bien inspirador. Aunque voy a tener que tener ahí un Pepe Grillo que me esté diciendo qué tanto se me arrancan los tarros.

En los medios se te han hecho críticas respecto a tus estudios, la falta de experiencia empresarial y en políticas públicas, ¿Cómo tomas esos comentarios?

– La verdad es que yo siempre reconozco donde tengo fortalezas y donde tengo debilidades. Discrepo que uno tenga que saber de todo para poder liderar un gremio. Efectivamente, no soy experta en políticas públicas y nunca he trabajado en el Estado, pero soy súper rápida para aprender. Además, creo que la inteligencia se manifiesta si te acompañas con gente más inteligente que tú. Y también creo que hay un sesgo machista a la hora de esas opiniones. Estoy en directorios que ni siquiera tienen que ver con el grupo familiar, entonces creo que hay desconocimiento.

Entrando a la contingencia, ¿cuál sería el riesgo para las empresas o para las industrias de que se rechace una nueva Constitución?

-Yo creo que no solo es un riesgo para la industria y para las empresas. A este capítulo hay que darle un cierre, porque la incertidumbre genera miedo. Al final, los seres humanos, empresarios, trabajadores o cualquier individuo, si viven desde el temor o no saben con certeza dónde se encuentran los límites, se les impide crecer, soñar y, en última instancia, ese miedo se convierte en un obstáculo para la inversión y el desarrollo. No estoy pretendiendo que la Constitución vaya a durar 100 años. Nada dura mucho en el contexto actual. Pero cerrar este capítulo nos permitiría volver a sentarnos y decir: ‘estas son las reglas del juego, las conocemos todos y volvamos a mirar el tema del crecimiento, de la inversión y de hacer empresas mejores’. Ojalá resulte, porque no todos los países tienen dos oportunidades.

¿Cuáles son tus objetivos y prioridades como presidenta de la Sofofa?

-Quiero darle continuidad a lo que se ha venido haciendo, pero también soñar y pensar cómo va a ser el futuro de las empresas. Yo traigo esas habilidades de cómo traer al hoy los desafíos que vamos a vivir y cómo transitamos en el hacer empresas de futuro que requieren ser mucho más flexibles y que deben tener a las personas en el centro. El talento es prioritario en empresas que son responsables con el ecosistema y con el medio ambiente, pero también empresas que innovan y que sueñan. Mis ejes programáticos están en las personas, en el entorno que operamos las empresas en Chile, y de Chile hacia el mundo, pero también poner el foco en el desarrollo y el crecimiento, basado en temas de futuro e innovación.

BIO:

Elisa Mena es estudiante de último año de College de Artes y Humanidades, y cursa el programa Periodismo para licenciados en la Facultad de Comunicaciones UC (@fcom). Ha sido colaboradora para el medio universitario Km Cero y participó en proyectos cooperativos en la Facultad de Historia, Cultura y Comunicación de la Universidad de Erasmo de Róterdam en los Países Bajos.