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Roberto Tobar, uno de los tres árbitros chilenos en la Copa América
Los jugadores de la Roja no fueron los únicos compatriotas en representar al país en la Copa América, hubo tres árbitros que también buscaron dejar el nombre de Chile en lo más alto. Uno de los convocados por la CONMEBOL fue Roberto Tobar, quien nos comparte el desafío que implicó formar parte de la nómina de los 23 jueces principales y su relación con el fútbol.
Por Carmen Coloma
Roberto Tobar (40) se encontraba preparando las maletas, una vez más, para partir a Buenos Aires a dirigir la revancha de la Recopa Sudamericana entre River y Athletico Paranaense. Ese fue el último partido que arbitró antes del comienzo de la Copa América, para la cual la CONMEBOL lo escogió gracias a su rendimiento en encuentros anteriores. Especialmente, por su desempeño en La Bombonera durante la final de la Copa Libertadores 2018, donde se jugó el gran clásico Boca v/s River. Aquella jornada, además de significarle un pasaje a Brasil 2019, marcó un hito en su carrera por dos razones. Primero, por la motivación y energía que se sintió en la propia casa de Boca, y segundo, porque le permitió cumplir el sueño que desde pequeño añoraba: poder admirar uno de los grandes clásicos del mundo; pero desde el mismo césped.
De pichanguero a juez en la cancha
Entre la mixtura de tierra y pasto de las canchas en La Florida, comenzó el interés de Roberto por este deporte de balón. A partir de los tres años, en su calidad de hijo único, acompañaba a su padre a las “pichangas” del vecindario. Su pasión futbolera crecía exponencialmente, hasta convertirse él mismo en jugador fijo del barrio y en las selecciones escolares. Soñaba con dedicarse al fútbol, pero ser profesional: “Es para pocos, lamentablemente no se pudo”, dice Tobar. Luego guarda silencio, sin referirse más a ese asunto.
Cuando tenía dieciocho años, mientras veía un partido en CDF — como acostumbra hacer todavía en su tiempo libre — , apareció un anuncio sobre la pantalla. Se trataba de un comercial del Instituto Nacional del Fútbol (INAF), el cual motivaba a jóvenes a ingresar a la carrera de arbitraje, la cual por esos años estaba recién comenzando. “Antes yo era bastante crítico de los árbitros, ya sea a nivel nacional o internacional”. Tobar consideraba, en esa época, que el arbitraje en Chile era muy deficiente, en comparación con el de Argentina.
“Había que darle un poco más de continuidad a nuestro fútbol (…) Sentí que yo podría ser un aporte al fútbol nacional”, explica. Decidió que, además de cumplir con sus estudios como ingeniero informático, ingresaría a los cursos de la INAF. Al egresar, luego de dos años, Tobar pensaba estar preparado para trabajar inmediatamente con las mejores selecciones del país; lo que no sabía era que le quedaba un largo camino por recorrer.
Comenzó su carrera arbitrando partidos de niños — cuyos eufóricos padres ansiaban ver a sus hijos convertirse en los próximos Alexis Sánchez — donde se familiarizó con los apasionados reclamos de los fanáticos. Más adelante, lo llamaron para trabajar con la Sub-14, luego escaló a la Sub-19, hasta que finalmente logró arbitrar un partido de fútbol profesional de primera división en 2009: Copiapó v/s La Calera. Desde entonces, pudo dedicarse por completo al oficio y vivir solamente del fútbol.
El feeling futbolístico de Roberto
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Todas las semanas, de lunes a viernes, Roberto Tobar se dirige a la calle Quilín con Vespucio para entrenar de 8:30 a 11 de la mañana en la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). El acondicionamiento físico es, según él, esencial para poder rendir dentro de la cancha y estar atento al minuto preciso en que se deben cobrar las faltas. Algunos días también tiene clases de inglés — idioma que orgullosamente dice haber perfeccionado — para poder dirigir partidos en el extranjero, sin problemas de comunicación. La rutina continúa con el análisis de vídeos; se estudian errores y jugadas conflictivas para desarrollar, eso que Tobar denomina, feeling futbolístico. “De pronto suceden situaciones muy rápidas y uno ya, de ver tanto fútbol, empieza a deducir inmediatamente qué es lo que ocurre. Cuando quedas mal ubicado y hay una falta más menos lejana,te ayuda bastante este feeling futbolístico”, explica el árbitro.
Pero este oficio también requiere de apoyo emocional. Todo árbitro debe asistir al psicólogo, para calmar la ansiedad y estrés que la carga laboral y los intensos encuentros en la cancha — comunes y desafortunados — pueden provocar. Pero más que las críticas de los hinchas, lo que a Tobar más le incomoda son los comentarios de la prensa, pues pueden manchar su imagen neutral y profesional, sin permitirle defenderse, argumenta.
Junto a Jennifer Azú, — psicóloga de profesión — tiene dos hijas mellizas fruto de cinco años de matrimonio. Violeta y Martina, de dos años de edad, suelen esperar a Roberto con la televisión prendida cuando éste vuelve de un viaje. “¿Dónde está el papá?,” les pregunta Roberto al abrir la puerta, y apuntando a la cancha de fútbol de algún partido siempre en encendido en un canal de deportes, sus hijas le responden, “ahí está”. Para el árbitro, el sacrificio más difícil de su profesión es estar lejos de su familia por sus frecuentes viajes y por el horario de algunos partidos. “Mi señora me va a tener que aguantar estos cinco años que me quedan”, comenta entre risas, refiriéndose al límite de edad para el arbitraje (45 años).
Las definiciones de Roberto Tobar
Jugador chileno más talentoso actualmente: Matías Fernández, y punto.
Árbitro ídolo de su infancia: Héctor Baldassi, Horacio Elizondo, Carlos Chandía, me marcaron por su estilo,uno quiere asemejarse un poco a ellos.
Jugador chileno más caballero: José Pedro Fuenzalida, porque es el líder positivo de la selección.
Jugador internacional preferido: Sergio Ramos, después de mucho pensarlo.
Equipo de fútbol favorito: No lo puede decir, pero eso sí, es un equipo chico.
Nuevo sistema de arbitraje
A partir de septiembre, en los partidos de fútbol en Chile se implementará el video-arbitraje (VAR). Un sistema que busca disminuir los errores en la fiscalización del juego, mediante un equipo de asistentes de vídeo que corroboran las decisiones del árbitro o recomiendan al juez principal una revisión del registro de la jugada. El VAR entra en función exclusivamente en cuatro ocasiones: cuando hay tarjeta roja, en un gol, en los penales y en un error de identificación. Finalmente, la última palabra la tiene el árbitro, quien debe decidir si actuar de acuerdo a las recomendaciones del vídeo arbitraje, o bien continuar con su decisión anterior.
Para Roberto, el VAR es una herramienta de mucho valor, porque puede establecer justicia en el deporte y evitar situaciones desagradables. Sin embargo, conlleva un largo proceso de adaptación para los árbitros, ya deberán ir comentando todas las jugadas relevantes y esperar a recibir las señales de quienes se encuentren manejando las cámaras del VAR. Este sistema cuenta además con un micrófono que grabará las conversaciones entre el árbitro y el jugador. “Tendremos que cuidar las palabras, porque uno tiene su carácter y cuando ellos — los jugadores — empiezan a reclamar, uno también se baja a su nivel. Igual es algo complicado”.
“Más que poder dirigir la final, uno siempre quiere que la selección triunfe”, dijo Tobar al comenzar la Copa América. Debutó por primera vez en el campeonato cuando arbitró el partido de Argentina versus Colombia. A lo largo del torneo mantuvo su principal objetivo: llevar a cabo el mejor desempeño posible para lograr dirigir la mayor cantidad de partidos que se puedan. A solo días de la gran Final entre Brasil y Perú, el arbitro chileno se prepara para uno de los mayores desafíos en su carrera como juez.
Sobre las autora: Carmen Coloma es estudiante de Periodismo y escribió este artículo como parte de su práctica interna en Km Cero. Fue editado por Belén Castillo como editora de Km Cero.