Una integrante del colectivo de hinchas de la UC, Nuestra Cruzada, muestra una de las camisetas que llevan al estadio para erradicar prácticas machistas. Ella, como las demás integrantes de su agrupación que hablan en este reportaje, prefirieron mantener su identidad anónima. Foto por Javiera Pizarro/Km Cero.

Ni zorras, ni madres, ni monjas

La ola feminista impactó el fútbol chileno. Mujeres hinchas de distintos equipos nacionales se agruparon para eliminar las conductas y etiquetas machistas de este deporte. Desde cambiar los insultos en los cánticos hasta la inclusión femenina obligatoria en un Directorio Nacional, han sido algunos de sus logros.

Por Ignacia Irarrázaval

Nuestra Cruzada (Universidad Católica), Las Bullas (Universidad de Chile), la Comisión de Género del Club Social y Deportivo Colo Colo Rosario Moraga y Movimiento 15 de Agosto (Santiago Wanderers), son algunas de las agrupaciones feministas que día a día luchan por erradicar las consignas machistas del fútbol chileno, y demostrar que este deporte no tiene género.

Cada una conformadas por más de 30 mujeres de todas las edades, a excepción del Movimiento 15 de Agosto, que cuenta con 19 integrantes, las organizaciones se reúnen una vez al mes, y cuando hay situaciones especiales realizan encuentros extraoficiales. A pesar de no siempre asistir juntas al estadio, es el principal escenario donde alzan la voz.

Hace 14 años se puso en vigencia la Ley 20.019 que regula las Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales (SADP), que tenía por objetivo mejorar la administración y garantizar la transparencia en el fútbol chileno. Sin embargo, esto significó que la mayoría de los equipos quedaran en manos de grupos de empresarios, siendo el primero, Colo-Colo con Blanco y Negro SADP.La llegada de estos personajes, junto a la combinación entre fútbol, dinero y poder, molestó a los hinchas y los llevó a reunirse para recuperar sus clubes.

Lo anterior, sumado a la denuncia de violación de una mujer, el domingo 29 abril de 2018, por parte de cinco hinchas de la Universidad de Chile a la salida de un partido, fueron algunos de los factores determinantes para que las agrupaciones feministas, formadas por las mujeres hinchas de los mismos equipos nacionales, se organizaran.

“De ahí surge la necesidad de agruparnos como hinchas y combatir la violencia que se da tanto dentro como afuera del estadio, por los que supuestamente deberían ser nuestros aliados”, cuenta una de las participantes de Nuestra Cruzada.

Alentar sin denigrar

Ana García, de la Comisión de Género de Colo Colo, cuenta que hay muletillas en los cantos que ellas en los partidos ya no gritan. Cuando hay partidos, Las Bulla explican que se concentran en las puertas 17 y 12 del Estadio Nacional, donde intentan cambiar las consignas machistas. “Nosotras no gritamos zorra, sino que lo cambiamos por la palabra contra. Hemos tenido muy buena respuesta en la 17, donde los chiquillos la cantan así”, expresa Daniela González. Sin embargo, desde la barra aún no se ha aceptado cambiar los gritos oficialmente.

Lienzo de Nuestra Cruzada en el clásico universitario disputado el domingo 14 de abril de 2019, extraído de su perfil de Instagram.

Desde Nuestra Cruzada, manifiestan que el lenguaje construye realidades, por lo que es necesario erradicar ciertas conductas agresivas y violentas. Por eso cuando juegan contra la Universidad de Chile cambian la expresión madre, que en este contexto es utilizada de forma ofensiva. “Queremos demostrarle a los cruzados que se puede alentar con frases inteligentes y menos agresivas contra la mujer”, cuentan desde la agrupación.

“Este aguante no sirve para la recuperación del club. Nosotros proponemos el concepto de barra popular, donde se muestre la bravura con los que nos pisotean y no con los que son de nuestra misma clase”, dice Carolina Cabello, fundadora del Movimiento 15 de Agosto de Santiago Wanderers, quienes critican el actual concepto de barra brava.

Dando vuelta el partido

“En la práctica las mujeres bullangueras se sienten súper identificadas con nosotras y se nos suman. Por ejemplo, en la marcha del 8M varias mujeres usaron nuestros logos. Eso fue un claro reflejo de que nos estamos haciendo notar”, cuenta Daniela González.

Mujeres bullangueras participando de la marcha del 8M. Extraído del Instagram de @las_bulla.

La participación en conversatorios de feminismo y deportes, junto al gran número de entrevistas que les han pedido en el último tiempo, demuestran que su trabajo no ha sido en vano. Están siendo escuchadas.

Sin embargo, la Comisión de Género del Club Social y Deportivo Colo Colo Rosario Moraga, destaca que su principal logro fue el cambio que se realizó en el estatuto del club: a partir del 2022, las listas que se presenten para elecciones del Directorio, deberán contar con un mínimo de 40% de mujeres. “Fue una pega dura, pero que ha tenido harta relevancia y es bacán, porque es demostrar que nuestra lucha ha servido”, dice Ana García.

De igual modo, Nuestra Cruzada, tras una campaña por redes sociales que llevaba la frase: “El cáncer de mamas es mucho más que una camiseta al año”, consiguió mamografías y ecotomografías gratis, costeadas por el Club Deportivo, para todas las hinchas socias y abonadas de la UC. “Aunque es un avance, nosotras apelamos a que debería ser para todas las cruzadas”, agregan.

Sumando likes

Instagram es una de las principales plataformas que utilizan para darse a conocer y mostrar su trabajo. En sus cuentas suben anuncios de distintas campañas, informativos y noticias de la rama masculina y femenina del club.

Para las participantes de Nuestra Cruzada, el inicio en redes sociales no fue fácil. “Cuando aparecimos y comenzamos a subir publicaciones, teníamos muchos comentarios negativos y ofensivos. Hoy generalmente nos insultan diciéndonos que no sabemos del tema con un lenguaje súper agresivo, pero cada día que avanza, la reacción es más positiva”, dice.

Publicado en la cuenta de Instagram @Nuestracruzada. En su perfil ya suman más de 1.400 seguidores.

Una forma lúdica de evidenciar lo que les decían fue la creación de un machistómetro, que muestra distintas frases y a un costado un termómetro que parte en color amarillo y termina en rojo, a medida que la frase es más machista y violenta.

En cuanto a la recepción de la hinchada, Daniela González de Las Bulla, dice que si bien se sienten apoyadas, tampoco tienen un trabajo potente con el resto de los barristas, pero que se está evaluando hacerlo en el futuro.

Para Carolina Cabello, fundadora e integrante del Movimiento 15 de Agosto, la carga cultural en la barra es muy fuerte y les ha sido difícil lograr cambios en ella. “Hemos intentado levantar iniciativas, pero no hemos sido muy apoyadas. Existe una hegemonía a la violencia”, expresa.

Sin jerarquías

Seguidoras de distintos equipos chilenos se reunieron en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres Hinchas de Fútbol, bajo la consigna “Espacio libre de violencia”. Foto publicada en el perfil de Instagram @generocsdcolocolo

Las Bulla, Nuestra Cruzada y la Comisión de género Colo Colo Rosario Moraga, tienen una jerarquía horizontal y separatista, es decir no se mezclan con los hombres de la hinchada.

El Movimiento 15 de Agosto también es una organización horizontal, pero se diferencia del resto: “Nosotros no somos separatistas, somos un movimiento mixto y nuestro horizonte es la recuperación del club. Cuando lo recuperemos este tiene que ser tanto de las mujeres como de los hombres, es por eso que luchamos juntos”, dice Carolina Cabello.

La cancha también es nuestra

Las cuatro agrupaciones concuerdan en que el fútbol femenino necesita cambios urgentes y es una deuda a nivel país. “Está terrible precarizado, por lo que también es parte de nuestra lucha. Hemos hablado harto con las jugadoras para hacer un trabajo en conjunto, piensa que ganaron una Copa Libertadores y está terrible invisibilizado eso”, asegura Ana García de la Comisión de género de Colo Colo.

Jugadoras de Universidad Católica Sub 17 tras derrotar 4–0 al Audax Italiano. Foto publicada en el perfil de Instagram @Nuestracruzada.

Para Carolina de Santiago Wanderers, no se logrará nada con promover el fútbol femenino si va a caer en las mismas lógicas patriarcales que tiene el masculino. “Estamos privados de ver a la mujer jugando a la pelota o siendo dirigentes”, expresa.

Una integrante de Nuestra Cruzada argumenta: “La cultura en Chile es que los hombres deben tener el puesto de poder y en el fútbol obvio que es igual. Si no cambiamos a nivel país, es imposible que se cambie en los deportes”. En la misma línea, Las Bulla dicen: “Este deporte está siendo administrado por una empresa y el mundo empresarial se mueve así, con los hombres al mando, por lo que no podemos esperar algo distinto”.

Sobre la autora: Ignacia Irarrázaval es estudiante de periodismo y escribió este artículo como parte de su práctica interna en Km Cero. El reportaje fue editado por Macarena Milla e Ignacia Munita en el Taller de Edición en Prensa.