Fotos por María Fernanda Barbagelata.

Los herederos de la fuerza

Cada jueves, un grupo de treinta fanáticos de Star Wars se reúne a las 19.30 hrs en la Plaza de la Aviación a practicar esgrima jedi, una disciplina que imita la forma de combate utilizada en las películas de la saga de George Lucas. Es su manera de enfrentar el lado oscuro de la rutina.

Por Mariana Ulloa

Brillantes colores provenientes de sables de luz verdes, azules, morados, amarillos y rojos iluminan la Plaza de la Aviación. Hombres y mujeres, entre ocho y cincuenta años combaten en parejas con sus espadas láser, igual que en una pelea jedi. Se desplazan por la plaza con saltos y giros para evitar el contacto de la espada de su contrincante. A su alrededor, un grupo de 15 personas se sienta en el pasto para intentar fotografiarlos.

Cada jueves desde las 19.30 hrs hasta las 21.30 hrs, la agrupación Esgrima Jedi Chile se reúne en ese punto de Santiago para combatir al estilo de Star Wars. Esta disciplina inspirada en el esgrima y el kendo fue creada especialmente para la saga por el reconocido entrenador y coreógrafo británico de lucha con espadas, Bob Anderson.

El grupo fue creado en 2015 por cuatro amigos que se juntaban a practicar. “Partió casi como un club de toby”, dice el actual director de la agrupación, José Silva de 21 años y estudiante de Ingeniería Comercial. A pesar de no ser uno de los fundadores, Silva se integró a la agrupación en abril de 2016 y poco a poco comenzó a dirigir el grupo. “Fue casi sin querer por ser el que tenía el tiempo y las ganas”, dice.

Luego de tres meses, eran diez los miembros activos y con el tiempo fue creciendo más. Principalmente gracias a las personas que se acercaban a ellos en las prácticas en el parque y los videos de combate que los mismos integrantes subían a sus redes sociales. El grupo se hizo público con la creación de su fanpage en Facebook, en julio de 2016 y ya son treinta participantes estables que asisten a los encuentros. Fotógrafos, estudiantes, electricistas, cientistas políticos, ingenieros, locutores de radio, comunicadores audiovisuales, diseñadores, van de diferentes partes de Santiago a practicar.

“José fue el que trajo la maldad”, comenta Rodrigo Millán, uno de los integrantes, técnico en telecomunicaciones de 21 años. José Silva, se encarga de traer desde Estados Unidos los sables láser que utilizan en las prácticas para combatir. En un principio, la motivación para traerlos fue la necesidad de que el grupo creciera. Ahora, la venta de lightsabers se ha convertido en su emprendimiento. Ha traído a Chile más de cien espadas cuyo precio varía entre $100 y $450 mil pesos.

Aunque dos de los maestros jedi tienen instrucción en kendo y esgrima, la mayoría de ellos ha aprendido lo básico de estas disciplinas través de tutoriales en Youtube.

Para practicar, cada integrante está dentro de una categoría. Los iniciados son los miembros que llevan menos de un mes y deben aprender los movimientos básicos. Los padawan, quienes llevan más de un mes, saben movimientos básicos y pueden entablar pequeñas batallas. Los caballeros jedi, son aquellos que tienen buen dominio del sable, su deber es enseñarle a los iniciados y a los padawan. Finalmente, están los maestros jedi. Ellos son los más antiguos, los que tienen más conocimiento sobre el grupo y sus valores. Deben preocuparse de que las prácticas se desarrollen de forma ordenada y de integrar a los nuevos. “Esgrima jedi son los cabros chicos, son los viejos, somos todos”, dice Silva.

El grupo practica al interior del GAM, locación que utilizan para días en que los amenaza la lluvia.

Aunque dos de los maestros jedi tienen instrucción en kendo y esgrima, la mayoría de ellos ha aprendido lo básico de estas disciplinas través de tutoriales en Youtube.

La primera hora el grupo practica de forma libre. Algunos llevan sus atuendos jedi en la mochila para usarlos durante el entrenamiento. El traje es de color beige oscuro con un ancho cinturón café en la cintura, todo cubierto por una gruesa capa más oscura que casi llega al suelo. El resto practica con ropa holgada o deportiva para que los movimientos no pierdan fluidez.

Los duelos surgen de manera improvisada entre iniciados, padawan, caballeros y maestros. Más allá de ganar o perder una batalla, el objetivo es lograr imitar y dominar los movimientos del esgrima jedi. Luego, cada miembro se reúne con una pareja asignada por el consejo jedi -quienes dirigen el grupo- para ensayar coreografías. De esta manera, todos tienen un compañero establecido para combatir en futuras demostraciones públicas.

La comunidad

“Para mí esta es como la pichanga de los jueves”, cuenta el locutor de RadioActiva, Freddy Guerrero. Con 47 años asiste hace seis meses a las prácticas de esgrima jedi, motivado por el amor que dice sentir por la saga desde que tenía siete años. “Me libera la mente. Llego a la casa, ceno, me ducho y me acuesto raja”, dice.

A pesar de haberse levantado a las cinco de la mañana para hacer Los Magníficos junto a Pape Salazar, El show de la Tencha y finalmente el programa El portal del web, esa tarde Freddy Guerrero combate animado junto a una de las integrantes más jóvenes de la agrupación.

Si bien tiene que dejar a su esposa que tiene nueve meses de embarazo, cuenta que su familia lo apoya en este pasatiempo. “Para ellos es como una enfermedad mental inofensiva”, explica. También dice que Esgrima Jedi Chile, será parte de la vida de su hijo desde muy temprano. “El día que nazca, todos los muchachos van a ir a recibirlo”, dice.

Paula Ojeda, de 34 años, es una de las siete mujeres que participa activamente en el grupo. Desde octubre de 2016, cada jueves después del trabajo pasa a buscar a su hija para ir juntas a las prácticas. “La primera vez que vi una de las películas de Star Wars fue un domingo por Televisión Nacional. Me volví loca”, confiesa. En ese entonces, Paula Ojeda vivía en un pequeño pueblo cerca de Coyhaique llamado Puerto Huadal y recuerda con nostalgia las tardes en que jugaba a ser jedi con sus amigos. “Como vivíamos en el sur en un ambiente muy rural, teníamos que jugar con palos y ramas”, dice.

“Un día vi a una princesa que era capaz de tomar un arma y salvar el día. Quiero que a mi hija le quede claro que las princesas ya no necesitan que las rescaten”, dice Paula Ojeda.

Paula Ojeda y su hija Laura con sus espadas laser, estas pueden llegar a costar $450 mil pesos.

Su motivación para asistir a las prácticas de esgrima es compartir una actividad con su hija Laura de 8 años. Paula Ojeda cuenta que cada jueves Laura hace sus tareas rápido, se cambia el uniforme, hace su cama y ordena sus cosas. “Sabe que si no está lista, no venimos”, cuenta. Desde muy pequeña, Paula Ojeda se sintió inspirada por la imagen femenina que transmiten las películas de Star Wars y quiere que para su hija sea igual. “Me gusta la imagen de la mujer que puede hacer cosas y defenderse por sí misma. De ver a Blanca Nieves, Cenicienta y puras mujeres que andaban con zapatitos de tacos, un día vi a una princesa que era capaz de tomar un arma y salvar el día. Quiero que a mi hija le quede claro que las princesas ya no necesitan que las rescaten”, afirma.

Jean Luc, de 16 años, es uno de los pocos adolescentes de Esgrima Jedi Chile, la mayoría bordea los 20 años. El joven se refiere a la emoción que siente cuando asiste a las prácticas de esgrima. “Me faltan palabras para describir cómo me siento cuando estoy acá. Más que las espadas y los trajes son las personas que te rodean. Esa camaradería que hay entre cada uno. Hay viejos, jóvenes y niños, pero todos se tratan como amigos”, cuenta.

También Jean Luc participa en las actividades de beneficencia que realiza la comunidad personificando a uno de los personajes más icónicos de la saga: Anakin Skywalker. Cualquiera que tenga la iniciativa de hacer su propio traje puede interpretar al personaje que más le guste.

A principios de marzo, la agrupación emitió un certificado oficial al Liceo Comercial de Puente Alto, donde Jean Luc cursa primero medio, para que no lo obligaran a cortarse el pelo. “Les dije que no podía, porque representaba a un personaje en nuestras visitas benéficas”, dice. Al recibir el certificado, el liceo aceptó su petición y pudo mantener su apariencia para hacer más real sus intervenciones en eventos de caridad.

Obras sociales

Durante la práctica, el grupo forma un circulo y realiza El consejo. Esta es una instancia donde los miembros discuten las visitas a próximos eventos, futuros proyectos y preocupaciones generales.

La tarde del 27 de abril, el tema principal es el cumpleaños de uno de los integrantes recién llegado de Venezuela, Kenny Tapia de 35 años. A través de una cuota grupal, la comunidad decide reunir dinero para que Kenny pueda tener su propia espada láser. “Si participamos en actos sociales para ayudar a los demás, también deberíamos apoyarnos dentro del grupo. Cuando uno está en un país donde no conoce a nadie, la ayuda siempre se aprecia”, explica José Silva.

Rebel Legion es una organización internacional de fanáticos de Star Wars que se caracteriza por recrear los trajes de las películas y realizar obras sociales. Esgrima Jedi Chile nace de integrantes que también participan en Rebel Legion, ambos grupos tienen objetivos parecidos. De esta manera, los miembros no solo se reúnen semanalmente en sus prácticas en la Plaza de la Aviación, si no que una vez al mes realizan visitas solidarias para compartir el universo de Star Wars con niños. Los últimos meses han visitado el Instituto Teletón, el Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna y el Hospital Sotero del Río.

“Para nosotros es importante que esto vaya más allá de un simple juego. Si bien somos un grupo de ñoños, también somos un grupo de amigos que quieren hacer algo significativo”, dice José Silva. Actualmente, el proyecto más ambicioso del grupo es crear sedes en Iquique y Viña del Mar para integrar la comunidad a otras regiones.

Sobre el autor: Mariana Ulloa es estudiante de Periodismo y escribió este artículo en el curso Taller de Prensa. El reportaje fue editado por Romina Díaz en el Taller de Edición en Prensa. María Fernanda Barbagelata sacó las fotos como parte de su práctica interna en Km Cero.