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Entre 2013 y 2023 se registró un aumento en la cantidad de inscripciones para dar exámenes libres por menores de 18 años. De estas aplicaciones, dos de cada tres familias inscribieron a sus hijos por motivos de estudio en instituciones privadas sin reconocimiento oficial. Este sistema, también conocido como homeschool, es una modalidad educativa alternativa que comenzó a ganar popularidad desde la pandemia. La explosión de esta forma de enseñanza abre interrogantes sobre el futuro del sistema educativo actual.

Escrito por: Constanza Mora Acevedo

Edición: Nicolás Stevenson y Trinidad Riobó

Almendra Moyano (5) está sumamente concentrada mientras busca las dos piezas que le faltan para terminar de armar una palabra en un tablero. A su alrededor, la sala de estudio está repleta de juguetes, libros infantiles y coloridos materiales didácticos del método Montessori que su propia madre ha implementado a lo largo de los años. Este sistema está centrado en promover la autonomía de cada niño mediante la libre elección de actividades que abarcan diversas áreas, más allá de lo académico, permitiéndoles aprender a su propio ritmo. Cuando encuentra las piezas, una sonrisa de satisfacción ilumina su rostro. Toma las letras M y A y observa el resultado final: mamá.

“Ella presentó interés en el proceso de lectoescritura a los tres años, cosa impensada en una educación tradicional”, observa su madre, María Suárez. Todas las mañanas, Almendra decide lo que quiere aprender durante el día en su hogar, el cual no es como los demás: su cocina es su laboratorio, su comedor es su espacio de estudio, su jardín es su sala de clases y su mamá es su profesora.

La niña de cinco años jamás ha ido al colegio. Sus padres siempre supieron que no querían que su hija fuera escolarizada dentro del sistema educativo tradicional, por lo que el lugar de aprendizaje para ella se consolidó alrededor de las paredes del hogar en el que vivió desde muy pequeña. 

María Suárez es profesora de educación básica. La experiencia en el aula fue el factor principal que la llevó a tomar la decisión de educar a su hija en casa, ya que considera que la educación estandarizada no respeta el proceso de aprendizaje de cada niño. “Exigir ciertos contenidos y que los niños tengan que aprender en un tiempo determinado va en contra de todo lo natural del aprendizaje, sobre todo en la primera infancia”, dice. 

Para Suárez, lo más importante es estimular la curiosidad de su hija. Dice que los momentos de aprendizaje pueden suceder en cualquier instancia, ya sea mientras cocinan, caminan, o juegan juntas en el comedor de su casa. “No nos encasillamos con aprender en ciertas horas y cumplir con un currículum específico. El aprendizaje siempre es guiado por su propio interés”, comenta. 

El homeschool —cuya traducción al español es “colegio en casa”— es una alternativa educativa no reconocida oficialmente por el Ministerio de Educación (Mineduc). Para validar su enseñanza, los estudiantes como Almendra deben realizar exámenes de validación de estudio —también llamados exámenes libres— entre junio y octubre de cada año. 

Según información entregada por la División de Educación General (DEG) del Mineduc, el número de autorizaciones emitidas para la examinación de validación de estudios de menores de 18 años ha crecido casi cuatro veces en la última década: en 2013 la cantidad de alumnos inscritos fueron 7.592, mientras que en 2023 esta cifra aumentó a 33.331. En ese mismo año, el sistema escolar contaba con 3.631.025 estudiantes matriculados.

“Es un hecho que la cantidad de estudiantes que está optando por estos sistemas de educación alternativos, como el homeschool, ha aumentado estos últimos años”, menciona  Yanira Alée, jefa del programa de Asistencia de la Fundación Educacional Oportunidad, una agrupación que promueve el desarrollo y aprendizaje de niños, niñas y jóvenes desde la primera infancia desde la innovación y el trabajo colaborativo. “Este fenómeno explotó sobre todo en pandemia, donde se comenzó a probar con este sistema remoto de aprendizaje que terminó funcionando para algunos. Pero, con esto, también se ha perdido la noción de lo importante que es socializar para los niños en edad temprana”, agrega Alée.

La práctica del homeschooling trae consigo interrogantes en torno al desarrollo integral y emocional de los estudiantes. María Virginia López es psicóloga de la fundación Oportunidad y se ha especializado en interacciones socioemocionales con foco en la educación inicial. López plantea que este método podría brindar un entorno demasiado protegido para los niños, a diferencia de un sistema educativo tradicional. “Está absolutamente demostrado que lo que más impacta en el aprendizaje de los niños es la interacción que ocurre dentro del aula, y eso no se da dentro de un homeschool en el que solo compartes con tus papás”, comenta enfatizando lo importante que son las oportunidades para practicar habilidades sociales y emocionales en la escuela. 

Además, según afirma López, los niños educados en casa pueden enfrentar una adaptación más lenta cuando se encuentran con situaciones sociales fuera del entorno familiar, a diferencia de aquellos que asisten a una escuela tradicional.

¿Educación para todos?

“Siempre me dicen que porque mi hija estudia en la casa no tiene amigos, y eso no puede estar más lejos de la realidad. La gente se deja llevar mucho por estos prejuicios”, comenta Paola Sepúlveda, la madre de Agustina Reyes (11). 

Agustina estudia en casa desde los siete años a través de un programa de homeschooling de modalidad híbrida. A diferencia de Almendra, Agustina mantiene una rutina establecida a través de clases en línea de lunes a jueves junto a diez compañeros más, en las cuales los profesores siguen el currículum de sexto básico impuesto por el Mineduc. 

Cada martes a las 10 de la mañana, Agustina se reúne de manera presencial con sus compañeros y profesores para participar de una serie de actividades grupales y juegos en equipo, los que tienen la intención de fomentar las habilidades blandas y la interacción con sus pares. Durante las tardes, asiste a los talleres de expresión corporal y fotografía que se ofrecen de manera presencial en el establecimiento.

La decisión de optar por este sistema alternativo ocurrió en 2020. Mientras Agustina cursaba segundo básico, su madre decidió retirarla del sistema educativo tradicional debido al acoso escolar que enfrentaba por parte de sus compañeros. “Tenía miedo, pero acá el sistema es completamente diferente. Los niños se desenvuelven más, no tienen los mismos conflictos que tuvieron en el colegio”, dice. 

“Al menos un 80% de los niños que nosotros recibimos se cambian a este sistema por motivos de bullying”, afirma el fundador y director de Lumbreras Homeschool, Nicolás Garrido. “Otras razones tienen que ver con las dudas de los papás con la educación tradicional, o porque necesitan un horario más flexible para los que practican deportes pero, sin duda, el bullying es lo más común”, añade Garrido.

Lumbreras Homeschool es el establecimiento al que asiste Agustina desde hace cuatro años. Si bien este lugar comenzó a funcionar en 2019, no fue hasta 2020 que experimentó un aumento en la cantidad de estudiantes matriculados. Según Garrido, esto se debió en gran parte a la pandemia, que provocó una creciente insatisfacción con la educación formal. “Partimos el 2020 con ocho niños, y terminamos el año escolar con más de 70. Ahora tenemos más de 200 familias. Cada año son más los papás preocupados y los niños que ya no están asistiendo a los colegios tradicionales”, agrega el director.

Según cifras entregadas por el Centro de Estudios del Mineduc (CEM), en 2023 se registró un total de 50.814 estudiantes desvinculados del sistema tradicional, lo que significó un aumento de 0,2% respecto a 2022. Con más de 10.000 estudiantes, las comunas de la región Metropolitana que presentan la mayor tasa de desvinculación son Vitacura, Colina, Las Condes y Ñuñoa.

Según Yanira Alée, el optar por un método de educación alternativo como el homeschool es una de las razones por las que las cifras de desvinculación van en aumento. Sin embargo, resalta que esta opción se suele dar en un solo sector de la población. “Si nosotros estudiamos las variables, el homeschooling se da en los estratos económicos más altos. Un niño en situación vulnerable simplemente va a abandonar el sistema o se va a enfrentar a una educación pasiva con un computador y sin supervisión”, explica la especialista de la Fundación Educacional Oportunidad.

Debido a que el homeschool no está reconocido oficialmente por el Estado, no existen datos específicos sobre su distribución según estrato económico. Sin embargo, según las cifras del CEM, en 2023 se registró un aumento significativo en la tasa de desvinculación de estudiantes en el quintil de nivel socioeconómico más alto en comparación al año 2022, pasando de 1.3% a 2.0%. Este fenómeno sugiere una posible correlación con la elección de métodos educativos alternativos en familias con mayores recursos económicos.

“Las personas que estudian desde casa sin ningún profesional de la educación son un caso crítico. ¿Cómo podemos asegurar que reciban una educación de calidad y estén preparados para su desarrollo? Esa es nuestra principal preocupación, no podemos regular eso”, añade Alée.

Página en blanco

El creciente aumento del homeschool como alternativa educativa durante los últimos años ha suscitado una serie de interrogantes sobre su futuro dentro del sistema educacional actual, así como sobre su regulación y reconocimiento.

José Antonio Widow (20) se desvinculó del sistema educativo tradicional cuando estaba en séptimo básico debido al descontento de su familia con la educación formal, principalmente por motivos religiosos. Desde ese momento, comenzó a estudiar en casa a través de un programa educacional ofrecido conjuntamente por la Academia Mare Verum de Argentina y Marble Falls Academy, de Estados Unidos.

Sin embargo, cuando intentó validar sus estudios en 2022 para ingresar a la educación superior, su solicitud fue rechazada por el Mineduc, ya que no había ningún dato que permitiera verificar que Widow se encontraba fuera del territorio nacional mientras estudiaba. Según el ministerio, sus estudios fueron realizados en Chile mediante la modalidad homeschool con la institución estadounidense Marble Falls Academy, y la normativa vigente solo permite reconocer estudios realizados presencialmente en el extranjero.

Esto llevó a que la familia del joven de 20 años a presentar un recurso de protección en contra de la Secretaría Regional Ministerial de Educación, la Subsecretaría de Educación Escolar y el Mineduc, que finalmente fue acogido en un fallo unánime por la Corte de Apelaciones de San Miguel.

“El proceso fue totalmente ilógico. Nunca nos dieron una razón concreta por la que no me podían convalidar mis estudios, así que no nos quedó otra que irnos en contra del ministerio”, dice Widow. “El homeschool aún no está reconocido oficialmente, por eso tuvimos que pasar por todo este trámite”, añade. 

Tras el fallo judicial, finalmente logró ingresar a la educación superior luego de rendir la PAES y obtener 816 puntos en lenguaje; 688 en matemáticas; y 643 en historia. Actualmente se encuentra en su segundo año de derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Las inquietudes en torno al reconocimiento de este sistema son compartidas por la madre de Almendra. Suárez percibe una falta de atención por parte del gobierno, la cual se debe a la poca información disponible. “No se toma en cuenta a las familias que optamos por hacer homeschooling, no hay interés desde el gobierno. No hay mucha regulación, pero tampoco hay mucho conocimiento. Recién ahora se está comenzando a hablar más del tema”, dice. 

Según el CEM, en 2023 se registró que dos de cada tres estudiantes que optaron por rendir exámenes libres lo hicieron para validar sus estudios en instituciones no reconocidas oficialmente, como el homeschool. En años anteriores, no era obligatorio indicar la motivación para estos exámenes, pero desde el Mineduc afirman que, debido al aumento de esta práctica en la última década, desde el año pasado comenzaron a solicitar esta información para comprender mejor la situación educativa. 

Los cuestionamientos en torno a la educación actual también los comparte Paola Sepúlveda, madre de Agustina. “La ley respecto a la educación en casa es muy ambigua, está todo en blanco. Hay que comenzar a pensar por qué cada vez hay más papás que nos salimos de la educación tradicional y hacer algo por eso”, dice.

A pesar de que en el Mineduc no quisieron referirse al tema, algunos de sus funcionarios comentaron a Kmcero sobre el futuro del homeschooling como opción educativa en el país, señalando que aún se está en una fase inicial de recopilación de datos sobre este sistema. Sin embargo, destacaron que, dado que se trataba de instituciones privadas, la cartera no tenía jurisdicción sobre su regulación, salvo en lo concerniente a los exámenes de validación de estudios.

Constanza Mora (cony_mora_) es estudiante de tercer año de periodismo en la Facultad de Comunicaciones de la UC y es la primera vez que publica en un medio.