La psicología de la popular marca permanente: el tatuaje terapéutico
Los tatuajes se han popularizado en los últimos años, dejando de ser algo mal visto o que hay que esconder. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el porcentaje de jóvenes de entre 20 y 40 años que lleva algún tatuaje supera ya el 30%. Para muchos, no son solo un adorno: Cada vez más personas de todas las edades han acudido a ellos como una forma de terapia, para esconder, cerrar o personalizar, experiencias o heridas físicas y emocionales, haciéndolas una parte orgullosa de su piel.

Por José Gubbins (@josejo.se)
Edición: Josefina Arntz San Miguel (@josefina.arntz)
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Se lee la frase “CUIDA TU MENTE” en el antebrazo de Antonia Larraín, de 29 años, la influencer, modelo y activista por la diversidad corporal y la salud mental. El tatuaje está escrito en negro con una tipografía clásica, muy definida y en mayúsculas, pero que está distorsionada. La frase completa se ve como si estuviera bajo el agua, y algunos de sus trazos se curvan en este efecto que destaca sobre las cicatrices de cortes autoinflingidos que acompaña.
En una casa blanca de dos pisos, ubicada en Manuel Montt con Alférez Real, está el estudio de Javiera Arévalo, más conocida en el rubro del tatuaje como @mentesinrecuerdos. La casa funciona como estudio para varios tatuadores, quienes en las distintas piezas tienen sus estaciones de trabajo y sus materiales.

Javiera es enfermera, y este año cumplirá cinco años tatuando, oficio que descubrió al mezclar su arte, que es lo que le gusta, con lo que estudió.
La tatuadora tiene un estilo muy claro y una marca, una frase, que repite junto con otras similares, mostrando el enfoque que quiere transmitir por medio de su trabajo: “Cuida tu mente”.
“Yo veo el tatuaje como algo terapéutico, ya que la finalidad del tatuaje es ayudar a la persona. Primero en un ámbito estético, ya que hay mucha gente a la que no le gustan ciertas partes de su cuerpo y se las quieren cubrir, modificar o acompañar. Y el otro ámbito es el psicológico, porque cuando nos pasan ciertos episodios chocantes, o queremos dar vuelta la página, o pasó algo importante que queremos llevar con nosotros para siempre, también recurrimos al tatuaje”.
Desde la pandemia, para Javiera, este tipo de diseños se han vuelto los más solicitados.
“Fue un proceso súper traumático (la pandemia). Mucha gente se dio cuenta de la importancia de la salud mental y esto también empezó a verse reflejado en distintos ámbitos, como el tatuaje. Estaban todos tan colapsados, relacionados con temas de la salud mental, que sí me di cuenta de esto”.
Según el Termómetro de la Salud Mental ACHS-UC, desde el 2020 un 21% de las personas se siente sola, y esta cifra no ha variado significativamente en estos últimos años. Los problemas de salud mental, según el estudio, alcanzan a un 18,9%, y los síntomas de ansiedad, a un 23,7%. Además, los síntomas de depresión (14%), que si bien han bajado desde agosto de 2021 (18,7%), siguen siendo más altos que antes de la pandemia (11,6%).
A raíz de esto, Javiera cuenta: “Yo empecé a hacer flash (diseño listo, hecho por el tatuador, en series o colecciones, que ofrece y tatúa rápido) de frases, así como ‘todo va a estar bien, o ‘calma’, o ‘cuida tu mente’, o ‘nanai’, o cualquier cosa, y eran los primeros que la gente quería tatuarse”.
Están los tatuajes realistas y los abstractos, los grandes y los pequeños, los tradicionales y los más modernos. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), para el 2021el porcentaje de jóvenes de entre 20 y 40 años que llevaba algún tatuaje superaba ya el 30%.
Las motivaciones para tatuarse son incontables. Pueden ser por moda, por un reto, pero también obedecen a razones muy personales, como la necesidad emocional o psicológica de quien los porta. La psicóloga sanitaria, psicoterapeuta, especializada en trauma complejo y terapia sexual en la Universidad de Barcelona, Rosalba Varaceta, reconoce este último efecto y función de los tatuajes. Ella opina que son un buen mecanismo y lo ha constatado en su experiencia como terapeuta.
“Aquí es importante el significado que le da cada persona a esas frases, a esos símbolos o a esas imágenes que se tatúan. […] Conectar con una palabra, conectar con una imagen, conectar con un trabajo, y sobre todo con un camino que se ha transcurrido, con un proceso. Los traumas son situaciones que dejan huella, y volvemos a esto de la huella y la cicatriz. Entonces sí tiene mucho sentido a nivel de salud mental, siempre y cuando tenga un sentido para la persona que se lo hace”, dice Rosalba.
En la industria se le llama tatuajes terapéuticos a aquellospedazos de arte en la piel que tienen una relación terapéutica física o psicológica con la portadora o portador. A ellos se acude como una forma de terapia, para esconder, cerrar o personalizar, experiencias o heridas físicas y emocionales, haciéndolas una parte orgullosa de la piel.
“La influencia psicológica que tiene es enorme, porque precisamente se trata de darle un nuevo significado a zonas del cuerpo que han tenido, ya sea por enfermedad o por algún tipo de accidente, alguna, no cicatriz, sino casi que una huella que ha dejado indeleble en el cuerpo”, dice Rosalba, enfocándose precisamente en los tatuajes sobre marcas físicas en la piel, como pueden ser cicatrices, heridas, o una enfermedad.
Cicatrices físicas y psicológicas
El tatuaje terapéutico más reconocido es el que se utiliza para tapar cicatrices físicas. Son considerados terapéuticos porque cubren una parte del cuerpo que a la persona le avergüenza, le incomoda o la vuelve insegura.
La artista visual Sol Del Carmen Guillón sufrió un problema en la cadera, por varios años, que le generaba un terrible dolor en la pierna y reducía su movilidad. Por mucho tiempo cojeó, pero tras una operación que resultó exitosa, volvió a caminar. “Fue como si me devolvieran la juventud”. La operación le dejó una cicatriz en su cadera de 15 centímetros aproximadamente: “No se veía bonita. Para mí esta cicatriz era el resultado de algo muy positivo, que era haber recuperado mi movilidad, mi capacidad total, era súper bueno y, sin embargo, la miraba y no se veía como lo que yo sentía al respecto de la marca”, dice Guillón.

Después de pensarlo, decidió acudir a un tatuaje: “Quería que fuera algo especial porque para mí era especial. Finalmente, terminó siendo un tatuaje bastante más grande de lo que yo había pensado, pero me encantó, y me siento súper orgullosa de tenerlo”, dice de la flor de estilo japonés, de línea fina, negra, con harto detalle que lleva en el lugar.
“Nunca pensé que iba a tener un tatuaje tan grande, pero me encanta y lo muestro con orgullo. Casi ni se ve la cicatriz, pero ahí está y se convirtió en un arte que representa algo bonito para mí y que me da orgullo mostrar”.
Los tatuajes que simbolizan la sanación de un proceso psicológico también han aumentado. Por lo general, se trata de una frase o imagen que recuerda lo vivido y que, de algún modo, manifiesta que se pasó por eso, pero se siguió adelante.
“Varios pacientes, como una muestra de afirmación o de haber conseguido superar algún evento traumático, o de haberse reconstruido personalmente, deciden tatuarse una y otra imagen o una y otra palabra en el cuerpo, lo cual a mí me parece maravilloso siempre y cuando haya un significado”, dice Rosalba.
La especialista destaca que no sirve de nada el tatuarse si no hay un proceso de sanación detrás. El tatuaje no traerá el efecto terapéutico por sí solo.
Trinidad Riobó es una joven estudiante de periodismo que durante la pandemia sufrió de un trastorno alimentario que la mantuvo en un peso crítico, que no era sano para ella. “Me obsesioné con las cosas que había en las redes sociales, con compararme con mis amigas, con la gente que me rodeaba. Era en lo único que pensaba, lo único que hacía”, cuenta.
Luego de un largo proceso de acompañamiento con psicólogos, nutricionistas y nutriólogos, Trinidad decidió tatuarse, como explica ella: “para cerrar una etapa que había sido muy dura”.

“Tengo una mariposa que representa el proceso de metamorfosis por el que pasan estos insectos. El proceso de metamorfosis tiene que ver con un proceso de cambio y de transformación hacia otra cosa. Es algo que no se borra y para mí es un recordatorio hasta el día de hoy, todos los días cuando me lo veo, de lo que soy capaz, de que mi cuerpo puede tener transformaciones, y que soy lo suficientemente fuerte para enfrentarme a distintas cosas si es que pude superar eso”, dice.
La permanencia física del tatuaje es un elemento fundamental, porque lo que se tatúa pasa a ser parte del cuerpo. No es solo un accesorio: es un cambio o personalización concreta en el cuerpo que simboliza algo muy importante para quien lo lleva.
Aunque no solamente son tatuajes terapéuticos los que simbolizan un cierre o una etapa ya superada. También pueden ser un recordatorio de algo que todavía se vive, un testimonio corporal de una condición, algo que ayuda a la persona a sobrellevar su situación. Este es el caso de Antonia Larraín, que lleva tatuada la frase “cuida tu mente” sobre los cortes de su muñeca.“Yo no te puedo decir qué es cerrar una etapa porque en mi caso, no en todos los casos, la autolesión para mí es como una adicción. En los últimos años he tenido un par de recaídas, pero siento que es un recordatorio de un mensaje que uno se quiere dar a uno mismo. Es como que me ayuda a controlar ese impulso, me hace mirar ese lugar como con una especie de orgullo y como con más cariño y con más respeto que antes,”dice Larraín.

Sentada en el sillín que utiliza cuando tatúa, Javiera concluye que el hecho de externalizar ese sentimiento que la aqueja es parte fundamental de su técnica. Es una forma de hacerlo físico, sacarlo, y así perderle el miedo a sus heridas.
“Es transformar algo que fue muy terrible en algo que uno lleva consigo y que lo abraza. La verdad es que siento que mis tatuajes tienen un significado importante para mí. En algún momento uno siente un dolor emocional y toma la decisión de sacar este dolor, de hacer las paces con eso que quizás está tan adentro tuyo”, concluye la tatuadora.
BIO:
José Gubbins (21) es un estudiante de Periodismo que actualmente cursa tercer año. El tatuaje es un tema que le interesa y es uno de sus hobbies, el que practica de manera intermitente desde hace tres años.