Danilo Bustos: el ex Colo Colo que fue reclutado por Google y Yahoo

Días atrás se llevó a cabo el partido más austral jamás televisado en la historia del fútbol y fue en Chile: el enfrentamiento entre el Club Deportivo Bories -de Puerto Natales- y Deportes Puerto Montt -de la ciudad homónima- por la Copa Chile. Uno de sus jugadores estrella, un ex cadete de Colo Colo, recorrió más kilómetros que cualquiera. Esta es la historia de Danilo Bustos, el volante chileno que ejerce como ingeniero informático y que trabaja modelando el futuro en Estados Unidos. “No se da mucho el perfil del futbolista bueno para el estudio. La forma que tengo de ver la vida la aprendí en Colo Colo”, destaca hoy.

Por Felipe Labbé Reyes @felipelabber

Edición: Taller de Edición

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Cuando llegó a las divisiones inferiores de Colo Colo, en 2003, Danilo Bustos fue conocido como “Cabezón”. Un sobrenombre disímil a los que usualmente se usan para describir las cualidades de los futbolistas: Alexis “El Niño Maravilla” Sánchez, Jorge “El Mago” Valdivia o Gary “El Pitbull” Medel.

Por muy alejado que esté su apodo de describir sus características dentro de la cancha, paradójicamente explica -con un chilenismo- sus aptitudes fuera de ella. En Chile, una persona “cabezona” es una persona inteligente, esforzada, con interés y constancia en una materia o estudio.

Danilo Bustos, hoy de 33 años, el “Cabezón”, dejó su natal Puerto Natales dos décadas atrás, cuando se empinaba a los 13 años para cumplir su sueño de ser futbolista en Colo Colo. Cinco años más tarde abandonó el club de sus amores para estudiar Ingeniería Civil en la Universidad de Santiago. Y, dice, no se equivocó: fue el tercer mejor estudiante de su generación y hoy trabaja como ingeniero en Equifax en Atlanta, Estados Unidos, después de haber sido becado por Google y Yahoo.

El fútbol nunca lo dejó por completo. Cuando todavía vivía en Chile, fue parte de la selección chilena de Fútbol 7, modalidad en la que se enfrentan dos equipos de siete jugadores en canchas más chicas (⅗ de una cancha profesional), y semanas atrás jugó el partido más austral jamás televisado en la historia. Un encuentro en el que su primer club, Deportivo Bories, recibió a Deportes Puerto Montt. En este evento resaltó por ser el jugador de un equipo amateur que se formó en Colo Colo, trabajó para una de las empresas más grandes del mundo, vive en Estados Unidos y viajó para jugar la Copa Chile.

En 2019, Danilo (n° 12, levantando la bandera nacional) junto a la selección de Fútbol 7 quedó eliminado en cuartos de final en la Copa América de la disciplina disputada en Porto Alegre, Brasil

Fue un viaje largo, uno más después del que tuvo que hacer para llegar desde Puerto Natales a Colo Colo, de Colo Colo a Google y de Google a Atlanta.

Pero ¿cómo llegó un ex cadete de Colo Colo a ser becado por algunas de las empresas más grandes del mundo?

De Colo Colo al Big Data

“Estoy un poco resfriado”, confiesa Danilo Bustos desde Estados Unidos por teléfono. Y agrega: “después del partido en Puerto Natales me enfermé. En Estados Unidos no paso frío, porque entreno bajo techo. En Puerto Natales no”.

El 16 de febrero de este año se dieron a conocer los cruces de la primera ronda de la Copa Chile. Muchos clubes amateurs del país se medirían ante equipos profesionales, pero el partido entre el Club Deportivo Bories y Deportes Puerto Montt sobresalió por encima del resto. El foco apuntó a los protagonistas detrás del partido más austral.“Hay un muchacho, que lo dirigió el ‘Bichi’ (Claudio Borghi) en las divisiones menores de Colo Colo, Danilo Bustos, que vive en Estados Unidos”, dijo el panelista del canal TNT Sports Marcelo Muñoz en la previa del encuentro.

Danilo, de pelo corto oscuro, 1,78 centímetros y un físico que, confiesa, mantiene entrenando constantemente, tiene un perfil que, más allá de su apariencia, se escapa de lo tradicional de un futbolista.

Con 13 años, Colo Colo y la Universidad de Chile, los dos clubes más populares del país y rivales acérrimos, le ofrecieron a Danilo ser parte de su equipo. “Elegí Colo Colo porque yo y mi familia somos hinchas”, reconoce el volante que dejó la Patagonia y se vino a vivir solo a Santiago. Pero, “siempre estudié, lo tenía como ‘plan B’ por si no llegaba a ser profesional. Colo Colo me pagó el preuniversitario”, dice el ex alumno del Colegio Shirayuri de La Florida.

Aunque en sus últimos dos años de enseñanza media entrenaba con Colo Colo en las mañanas, pudo terminar el colegio y dar la PSU. “Cuando vi los resultados, podría haber elegido cualquier universidad para estudiar Ingeniería Civil. Igual uno tiene una ‘ayudita’ por ser deportista, te dan más facilidades en la ponderación”, recuerda Bustos, quien optó por Ingeniería Civil en la USACH.

Con 18 años, la joven promesa dejó el fútbol profesional. “Había hecho las cosas bien, pero en el fútbol no todo depende exclusivamente de ti. En la universidad tenía clases en las mañanas y fui dejando Colo Colo de a poco. Me llamaron para convencerme que volviera, pero me estaba yendo bien en la universidad. Me la estaba jugando por mi futuro. Terminé siendo el tercer mejor promedio de la generación”, destaca.

Ese tercer lugar le valió ser becado por la compañía norteamericana Google para continuar su posgrado de Ingeniería Informática que comenzó en 2015, junto con dinero para elementos computacionales; y un viaje a las oficinas de Nueva York para compartir con programadores y alumnos becados de otras universidades como MIT, Harvard o Stanford.

Danilo Bustos (arrodillado con polera Adidas) en las oficinas de Google en Nueva York. A su izquierda un ex compañero de la USACH y uno de sus mejores amigos. “Casualmente nos ganamos la misma beca juntos. Él es fanatico del fútbol y de Colo Colo también. Hoy en día seguimos en contacto, soy de pocos amigos, pero de muy buenos amigos”, confiesa.

A inicios de 2015 empezó su Magíster en Ingeniería Informática con especialización en Big Data que hizo en su alma máter con una pasantía que incorporaba su programa en la Universidad de Notre Dame de Estados Unidos. Su tesis sobre motores de búsqueda web la culminó con otra beca, esta vez en el Laboratorio de Yahoo en Latinoamérica.

Tanto Google como Yahoo lo becaron para que pudiera hacer su Maestría. Un momento que se pareció al que vivió a los 13 años, cuando dos clubes rivales le ofrecieron ser parte de su equipo. Esta vez Bustos tuvo la posibilidad de “jugar” para ambos.

Ese mismo año entró a la empresa internacional Equifax, una agencia estadounidense de informes de crédito al consumidor. Trabajaba desde Chile para la sede en Estados Unidos. A fines de 2019 “en la empresa me ofrecieron un puesto en Estados Unidos como Ingeniero en Softwares y Data y no podía decir que no”, recuerda. Ya son ocho años trabajando para Equifax, tanto en Chile como en Atlanta.

Danilo Bustos (primero de derecha a izquierda) en una grabación para Equifax.

Al preguntarle qué hace específicamente en su cargo, Bustos resume: “me dedico al procesamiento masivo de datos e inteligencia artificial. Recibo mucha información y datos. De ese mar de datos, extraigo información útil para nuestra compañía o para nuestros clientes. Con la inteligencia artificial proyectamos cosas que pueden pasar a futuro”. Y luego ejemplifica: “Hace unos años con la información de Twitter tratamos de predecir eventos de vida, es decir, en base a lo que un usuario escribía o interactuaba en la red social, intentábamos predecir si es que en un mes más iba a contraer matrimonio, iba a tener un hijo, si quería comprar un auto o si tenía la intención de hacer algo en particular. Esa información se puede vender como marketing a diferentes empresas”.

¿Qué lecciones le entregó el fútbol para su vida como ingeniero? “La más importante es el trabajo en equipo y liderazgo. Los proyectos se sacan en equipo, por muy brillante que seas como ingeniero, a medida que vas tomando proyectos más grandes, necesitas aprender a trabajar en conjunto y a liderar grupos de trabajo. Además, la disciplina y constancia. En tecnología si no estás en constante estudio y aprendiendo lo que viene en el futuro, fácilmente te quedas atrás. Y en tercer lugar, aprender a colaborar con personas de diferentes realidades”, declara.

Los jueves en la noche son sagrados para Danilo: “Me toca pichanguear”, se excusa por WhatsApp al intentar pactar una segunda entrevista un jueves a las 21:00, día y hora en la que se juegan los partidos del Atlanta Silverbacks, un club amateur donde el ingeniero mantiene las vivencias que tanto destaca y reafirma esos valores y enseñanzas que le dejó el fútbol. “Es importante seguir ligado al mundo del fútbol porque es una de mis pasiones, sobre todo practicarlo a nivel competitivo de forma amateur me mueve mucho”, enfatiza.

“La vida en Atlanta es espectacular. No vivo en el centro, por lo que no hay tráfico ni la locura de una gran ciudad”, dice. “El primer año es duro, no te dan créditos. El segundo es un poco más flexible, de hecho me compré una casa. El tercero, que es este, es para estabilizarme y ya quiero ver cómo emprender”, proyecta.

Paso a paso, dice, aunque se asume como una persona apasionada y competitiva. Características que, según él, se las dieron sus años en el fútbol formativo. Pasión y competitividad que lo animaron a viajar a Chile a jugar el partido más importante en la historia de su club de barrio. “Nada de vuelo directo. Tuve que viajar de Atlanta a Miami, de Miami a Panamá, de Panamá a Lima, de Lima a Santiago y de Santiago a Puerto Natales. Fueron 28 horas”, esboza.

Vuelta a Santiago y vuelta a Estados Unidos

“Nunca pensé estar donde estoy. Soy súper sencillo”, dice Bustos después de tomarse unos segundos para repasar su recorrido al día de hoy.

“Un estanciero de la zona donó un vacuno entero para pagar la mitad de mi pasaje”, dice de su último viaje a Chile y continúa: “si el club se metió la mano al bolsillo, yo tenía que poner la otra mitad. Fue un esfuerzo de ambos. Así funciona el amateurismo”.

Hace tres meses el Club Deportivo Bories, donde Bustos se formó hasta los 13 años, jugó un campeonato por la Zona Sur que ganaron y los clasificó a la Copa Chile. “Anduve bien, físicamente estaba bien y marqué diferencias. La gente del equipo me pedía que fuera a jugar el próximo partido”, argumenta para explicar el porqué un ganadero había hecho tal esfuerzo para verlo en Puerto Natales.

El partido que vino por la Copa Chile fue para Bustos “por lejos el más importante de la historia del Bories”. Fundado en 1912, un año después de que lo hiciera Puerto Natales, el Deportivo Bories este 7 de abril jugó por primera vez un torneo profesional en sus 110 años. El rival a vencer fue Deportes Puerto Montt, de la segunda categoría profesional chilena.

“Yo empecé a jugar fútbol en el Bories a los 5 años. Mi papá era fanático del club y esa fue la principal motivación para viajar tanto. Todos nos conocemos desde los 8 años y somos amigos. Los mismos compañeros me pedían que yo fuera a jugar, eso te motiva porque te sientes querido dentro del grupo. Debo ser sincero, si hubiese sido por otro club que no fuese el Club Deportivo Bories, con el grupo de personas y jugadores que hay, no sé si lo hubiese hecho”, explica Danilo.

Ese viernes a las 12:30, cuando se jugaba el partido, hubo 6ºC y llovió sutilmente. “Había mucho nerviosismo. No podemos compararnos con otros clubes, salvo yo y mi primo, Boris Pérez (arquero), nadie tuvo formación de cadetes; no recibimos remuneración, somos casi 100 % amateur. Estábamos nerviosos, concentramos juntos antes del partido, fue un espectáculo”, reconoce el volante del Bories que compartió plantel con profesores de educación física, kinesiólogos, funcionarios de banco y trabajadores de salmoneras, entre otros.

Danilo Bustos (cuarto de izquierda a derecha de la fila de pie) jugó su primer partido profesional con el club que lo formó, el Deportivo Bories.

El partido terminó 0 a 3 en contra del equipo natalino ante más de 1.000 espectadores que coparon las gradas del Estadio Municipal Víctor Bórquez Miranda.

A pesar de la derrota, para el ex Colo Colo y una de sus figuras “la conclusión del partido fue positiva. Era predecible que podíamos perder, la esperanza estaba en dar una sorpresa. Es puro saldo positivo para la región. Que todo el mundo hable de Puerto Natales y del Bories ojalá sea el puntapié inicial para que el fútbol de la región crezca”.

En esos diez días, Danilo “Cabezón” Bustos volvió a la ciudad que lo vio nacer y al club que lo formó. En un viaje largo, más largo del que hace 20 años tuvo que hacer para llegar a Colo Colo. “Si me hicieran volver a los 13 años, asumiendo que en el futuro no voy a ser futbolista profesional, estaría dispuesto a hacer nuevamente el proceso que hice; porque me ayudó mucho”.

De vuelta a Atlanta fue exactamente el mismo viaje que de ida. “El presupuesto era corto. Así que tocó dar la vuelta larga”.

Sin darse cuenta, en esa última frase, Danilo dejó abierto un paralelismo. En jerga futbolística, “dar la vuelta larga” significa irse del club donde se formó para hacer un recorrido -sacrificado- a distintos equipos hasta volver a la élite del fútbol. A su manera, Bustos hizo eso mismo: de Puerto Natales viajó a Santiago, de Santiago a Atlanta; y luego viceversa -con varias escalas entremedio- para cumplir el sueño de jugar un partido de fútbol profesional.

De una u otra manera el fútbol siempre estuvo y ha estado ligado a su vida. “La forma que tengo de ver la vida, la forma de competir, de obsesionarme con algo, de pelear hasta conseguirlo, eso lo aprendí en Colo Colo. Ahora llevo una vida cómoda, no me falta nada, pero aprendí a luchar por eso. Mi psicólogo me dice ‘tu formación ha sido una competencia constante’. Y yo le digo ‘bueno, pero así me formaron, así estoy diseñado desde los 12 años’”, se sincera Bustos.

Recuadro: Colocolino y seleccionado chileno

Cuando era un adolescente, después de que Colo Colo lo reclutara tras un campeonato en Valdivia, Danilo se vino a vivir a Santiago a la Casa Alba, el centro de formación de Colo Colo ubicado en Macul en el complejo del club, donde también está el estadio. Meses después se fue a vivir con sus padres. “Me crié con mis abuelos en Puerto Natales, porque mis papás me tuvieron muy jóvenes y se quedaron estudiando en Santiago. Fue fuerte dejar Puerto Natales. Imagínate cambiar un paraíso con 25 mil personas a la monstruosidad de Santiago. Había que madurar, tener ‘cuero de chancho’”, compara.

Eran tan fuertes las ganas de Danilo por ser futbolista, que a pesar de que “en las noches llegaba a llorar a mi pieza, me lo aguantaba con la ilusión de ir a entrenar al Estadio Monumental y ser profesional”. Aun así, le estaba yendo bien. “Jugaba por una categoría mayor. Era figura, fui seleccionado nacional juvenil, referente y capitán”, complementa. En los entrenamientos de la sub 17 de Chile compartió con jugadores como Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Gary Medel y Mauricio Isla.

“Era un zurdo de muy buena técnica y buena pegada, hacía muchos goles de tiro libre. Era un muy buen jugador, fue seleccionado nacional y tenía bastante proyección. Además, no puedo dejar de lado el tema valórico, era un excelente muchacho, sano, buena persona y tenía buenas notas. Era un jugador bastante integral y muy querido. Por cosas de la vida, que él podrá explicar, no llegó al fútbol profesional”, rememora Juan Gutiérrez, jefe de las divisiones menores de Colo Colo entre 2002 y 2008, período en el que coincidió con Danilo Bustos y uno de los más laureados del cuadro albo.

Según Gutiérrez “el proceso formativo es largo, costoso y duro. De una categoría de 25 a 30 niños, uno llegará a ser profesional y el resto queda en el camino”. A los 15 años, el club les incluyó un psicólogo y clases de comunicación. “Lo ideal es tener profesionales de apoyo que te ayuden como deportista y persona. En Chile nos falta reforzar esa etapa formativa”, analiza el ex delantero que como jugador fue campeón cuatro veces con Colo Colo.

“Los clubes tienen que incentivar a que sus cadetes tengan un plan de vida aparte del fútbol, porque llegar a ser profesional no es algo seguro. Recuerdo que Danilo entró a la USACH a estudiar y hubo otros jugadores a los que contactamos con universidades para que entraran con becas deportivas. Traté de que los chicos tuvieran otra posibilidad porque yo lo hice, jugué fútbol y pude estudiar y creo que no es algo inalcanzable”, dice Gutiérrez, quien fue futbolista profesional y se graduó en Educación Física.

Danilo tenía ese plan y cuando ya estaba alejado del fútbol profesional, pero todavía vinculado al deporte universitario y amateur, se le abrió una nueva oportunidad. “Jugué en la Selección Chilena de Fútbol 7”, cuenta Bustos, quien en esta modalidad es volante por el costado. “Jugamos Copas América, fuimos a un Mundial y, cuando tenía todo planificado y comprado para ir a mi segundo Mundial en Roma me ofrecieron el cargo en Estados Unidos”, rememora.