
Bellotabag, la bolsa que hizo viral a una empresa ochentera
Bolsas verdes por todos lados: en el metro, en la calle, en la micro, en el trabajo y hasta en el cine. Rafael Pérez de la Fuente junto a sus hermanos Raúl y Jaime son quiénes están detrás de esto. Electricistas de profesión han logrado mantener desde 1980 la marca Bellota, conocida por ser una de las empresas de vestimenta masculina tradicional más antiguas, con más de 58 tiendas en todo el país.
Por María Trinidad Rivera Alliende
La cuenta de Instagram Bellotabag y noticias en el medio humorístico La Legal han hecho del uso de las bolsas reutilizables Bellota un símbolo de humor millenial. Hoy se puede ver a hombres y mujeres usándolas para llevar el almuerzo, la compra del día o de cartera. “Están en todas partes. Si uno se fija en el día a día puede ver hasta más de una ¡Es como una marca registrada!”, afirma Patricia Barraza, quién trabajó durante 11 años en la fábrica como costurera.
La historia de la bolsa se remonta a casi 40 años. En una hoja de papel, Raúl Pérez de la Fuente (70) trazaba las primeras seis líneas que definieron la identidad de Bellota, la bolsa de la tienda de ropa masculina que hoy se ha convertido en un sello. De tela color verde oscuro, con seis rayas verticales y un dibujo de una bellota fue el resultado, que hoy se entrega de forma gratuita al comprar en una de sus 58 tiendas.
El 21 de mayo de 1980, los hermanos Pérez de la Fuente: Raúl (68), Jaime (65) y Rafael (70) comenzaron el proyecto de una tienda de ropa masculina tradicional. Siendo el mayor de ellos quien la lideró desde sus inicios. En Providencia, a pocas cuadras de otras tiendas reconocidas en los ochenta como fueron Palta, Mario Ramírez o Parada 111, los tres hermanos iniciaron de manera artesanal la fabricación y confección de pedidos hechos por establecimientos más grandes.

Rafael Pérez de la Fuente recuerda: “Al principio cortábamos las telas en un gallinero y si llovía teníamos que cubrirlas con un plástico”. De la Fuente, para mejorar sus habilidades en la confección, se inscribió en un curso de costura. “Era el único hombre de la clase, me miraban muy extraño”, cuenta.
La empresa llegó a contar con más de 500 trabajadores y tres fábricas en los noventa, pero la llegada de productos chinos hizo insostenible la competencia. Actualmente trabajan alrededor de 200 personas, los artículos son importados y cuentan con 20 franquicias de un total de 58 tiendas en todo el país.
El nacimiento de Bellota
Como una juventud llena de viajes y aventuras recuerda Rafael Pérez su pasado. “Hoy todo es de la tienda”, dice mientras se sienta en la silla de su oficina, vestido con unos pantalones beige y una camisa a rayas.“Desde pequeños nuestro papá nos enseñó a arriesgarnos y ser creativos”, cuenta Rafael.
Oriundo de La Reina, viene de una familia de seis hermanos, quienes para subsistir trabajaron desde muy pequeños. “Por la mala situación de la época, nuestro papá, ingeniero electricista, nos motivó a sacar su carrera, ya que encontraríamos trabajo de inmediato. ”, explica.
Cuando Rafael tenía 19 años su padre falleció y tuvo que tomar las riendas del hogar. “Mi hermano asumió el liderazgo de pequeño y eso lo ha definido hasta hoy”, menciona Raúl Pérez, el segundo de los seis hermanos y quien, luego de unos años en Bellota, comenzó a dedicarse a otros negocios.

En el verano de 1973, Rafael conoció a la que sería su futura esposa, y luego de estar de novios unos meses la siguió a Nueva York, donde se casaron. Luego de unos años en la Gran Manzana, donde trabajó como electricista en distintas construcciones, se fue junto a su familia y su primer hijo a unas minas en la Selva Ecuatoriana donde se encontraban sus hermanos trabajando. “Fuimos todos a probar suerte afuera, para ayudar a nuestra familia. La situación era difícil, porque era la época de la UP”, dice Raúl.
Ya de vuelta en Chile en 1978 quisieron innovar y con sus hermanos crearon una fábrica de muebles, pero no tuvo éxito. Fue ahí cuando, luego de ver que Jaime incursionaba en el tema de las telas, decidieron crear una tienda de ropa tradicional: Bellota.
Cristián Morán, dueño de la tienda de zapatos C/Moran, fue compañero de Rafael en Ingeniería Eléctrica. Al igual que él, desde los ochenta fue dueño de distintas empresas de zapatos que no tuvieron éxito. “Fui dueño de muchas tiendas, ninguna duró más de dos años. El éxito de estos hermanos nace de haber encontrado un buen nicho destacándose sobre sus competidores y establecer una marca reconocida hasta hoy, sin cambiar sus principios”, manifiesta Morán.
“Fue difícil al principio, pero luego de meses partimos creciendo, y dejamos de ser una tienda de confección para otras empresas y empezamos a crear nuestra propia marca: Bellota, que nació cuando pensamos algo relacionado a la naturaleza y que no fuera agresivo, de ahí surgió el nombre”, recuerda Rafael Pérez.
Ingenio empresarial
Las bolsas verdes se hacen notar en la bodega ubicada en Romero 2861, cerca de la estación de metro Unión Latinoamericana. Al entrar las cajas de bolsas no tardan en aparecer y una alfombra con el logo de la tienda recibe a los visitantes. “Las bolsas son nuestra única publicidad y ha funcionado”, dice Any Sepúlveda (48), quién trabaja desde 1988 en la empresa y hoy es la administradora de finanzas.


En una hoja de papel, Raúl Pérez junto a un diseñador en práctica trazaron cómo pensaban diseñar la bolsa. “El diseño quedó de una, nunca lo cambiamos. Las bolsas fueron siempre de papel y hace seis años, siguiendo la tendencia, las modificamos a reutilizables”, dice Raúl.
“La forma de trabajar aquí es lo que distingue a Rafael y sus hermanos de otras empresas. Además de que han podido tomar decisiones que los han hecho sobrevivir en el tiempo, como fue en el caso de la invasión de los chinos”, afirma Sepúlveda.
La falta de anuncios directos es uno de los ámbitos en lo que más se destaca la tienda, ya que su única publicidad son las bolsas que los han acompañado desde el principio. “Los precios bajos, la fidelidad de los clientes y la buena ubicación cerca de los metros en el caso de las tiendas de Santiago es lo que nos ha hecho mantenernos”, argumenta Rafael, quién además precisa que el 60% de sus compradores son mujeres, aunque vendan sólo ropa de hombre.

Liliana de Simone, experta en consumo, retail y ciudad, académica de la Facultad de Comunicaciones UC, confirma la eficacia en la estrategia de la empresa. “Su éxito nace al entender la cultura. En la inteligencia territorial al elegir el lugar de las tiendas en lugares cerca de metros”, explica.
“Mi papá trabaja hasta las una de la tarde y luego se dedica a discutir y sacar nuevas ideas con sus hermanos, de ahí nace su creatividad”, describe Rafael Pérez Luci (34), hijo del dueño de Bellota.

En 1998 la empresa tuvo que lidiar con la masiva llegada de los productos chinos y tuvieron que dejar de fabricar ellos mismos la ropa.
“Fue un gran golpe para mi papá y sus hermanos, pero por el bien de la empresa tuvieron que tomar decisiones rápidas y buenas finalmente”, precisa el hijo de Rafael.
Empezaron a mandar sus modelos y tallas para que los confeccionaran en China. Producto de esta decisión, el cierre de las dos fábricas fue inminente y con ello el despido de algunos de los trabajadores.
“Cuando nos llegó el sobre del despido fue muy triste, pero igual hasta hoy siguen preocupados de nosotros, éramos una familia, cada año yo espero mi tarjeta de navidad”, dice Patricia Barraza, una de las primeras trabajadoras de la fábrica.
“Hoy la empresa se maneja casi sola, yo me voy a la una de la tarde y tengo otros negocios, pero no sé qué sucederá ya que nadie de la familia quiere seguir”, explica con tranquilidad Rafael Pérez.
Con anteojos grandes y el pelo canoso, manifiesta que ya se verá quien siga con la empresa o lo que suceda con ella. “Todo a su tiempo”, dice Rafael. La empresa BLT de bodegas que creó con su hijo y una nueva inmobiliaria son algunos de sus proyectos actuales. “Somos una familia inquieta, nos gusta crear, innovar, tener varios negocios y planes”, precisa. Otro de sus planes, además de los negocios es escribir un libro sobre los 100 grandes errores chilenos en empresas. “Ya tengo escritos más de 70, hay que ser crítico, se han cometido tantas barbaridades”, remata.
Sobre la autora: María Trinidad Rivera es estudiante de Periodismo y escribió este artículo en el curso Taller de Prensa. El reportaje fue editado por Jaime Flores en el Taller de Edición en Prensa.
POR FAVOR DONDE SE COMPRA LA BOLSA BELLOTA,