Juan Carlos Neira (48), técnico en paisajismo, rescatista y fundador de la ONG Rescate Chile, es uno de los que se autodenomina como prepper o supervivencialista. Foto por Katja Kirgin.

Preppers chilenos: siempre listos

Luego del terremoto del 27 de febrero de 2010, un grupo de chilenos empezó a seguir la tendencia norteamericana de los preppers, estar listos para cuando ocurra un nuevo desastre. Civiles, paramédicos y bomberos empezaron a integrarse a organizaciones que se han creado en el país para generar conciencia en la población y ayudar en caso de que ocurra otra otra tragedia.

Por Trinidad Rivera

Caroline Valdés (40) se encontraba con su novio Mario Soto almorzando luego de una intensa semana de trabajo como paramédico. Eran alrededor de las tres de la tarde de un domingo de febrero, cuando empezaron a recibir mensajes por el grupo de Whatssap de Supervivencia Extrema, una de las tres organizaciones de preppers chilena. Su amiga Jacqueline López había tenido un accidente. Mientras acampaba en Quebrada Macul con sus dos hijos y una amiga, su cocinilla falló, se inició un incendio y le llegaron llamas a su cara y cabello.

Caroline Valdés en un entrenamiento de rescate con cuerdas para Supervivencia Extrema. Foto gentileza de Caroline Valdés/Supervivencia Extrema.

Valdés no titubeó ni un segundo. Preguntó la ubicación, coordenadas, tomó su kit de emergencia, botiquín y agua. Junto a su novio partieron rápidamente desde Independencia. Al llegar a la Quebrada de Macul, lograron encontrarse con Jaqueline López rápidamente. “Tenía el pelo enroscado y toda la cara quemada”, cuenta Caroline Valdés y agrega que junto con su pareja le dieron los primeros auxilios. Una limpieza quirúrgica, crema, hidratación y sacarle el pelo quemado fueron algunas de las prácticas que realizaron gracias a sus conocimientos paramédicos y lo aprendido en la organización supervivencialista.

De origen occidental, los preppers empezaron a potenciarse el siglo pasado en Estados Unidos debido a factores como la caída de la Bolsa de Nueva York en 1929 y luego en la Segunda Guerra Mundial, donde distintos grupos se vieron afectados por la falta de alimentos y preparación ante casos de emergencia.

Rescate Chile, Supervivencia Extrema y Radio Emergencia, las tres son una red que hoy contempla alrededor de 100 personas con distintos grados de preparación: desde poseer un kit de emergencia hasta una especialización en seguridad y supervivencia certificada por la organización.

Jornada de entrenamiento del equipo de Supervivencia Extrema con más de 25 asistentes. Foto gentileza Caroline Valdés/ Supervivencia Extrema.

Cuando pasó el terremoto de 2010, civiles, paramédicos y bomberos se integraron a Rescate Chile, Supervivencia Extrema y Radio Emergencia, organizaciones que trabajan de forma paralela a la ONEMI. Las tres son una red que hoy contempla alrededor de 100 personas con distintos grados de preparación: desde poseer un kit de emergencia hasta una especialización en seguridad y supervivencia certificada por la organización.

“Tenía el pelo enroscado y toda la cara quemada”, cuenta Caroline Valdés y agrega que junto con su pareja le dieron los primeros auxilios. Una limpieza quirúrgica, crema, hidratación y sacarle el pelo quemado fueron algunas de las prácticas que realizaron gracias a sus conocimientos paramédicos y lo aprendido en la organización supervivencialista.

Juan Carlos Neira (48), técnico en paisajismo, rescatista y fundador de la ONG Rescate Chile, es uno de los que se autodenomina como prepper o supervivencialista, ya que para él la preparación personal y de su familia es esencial al enfrentarse a una posible catástrofe. Después del terremoto del 2010 y de ver los efectos que trajo consigo, creó en 2012 su organización para preparar de forma permanente a comunidades que necesiten de su ayuda y cooperar en rescates si fuera necesario.

“El: ‘A mí nunca me ha pasado nada’, tiene que cambiar. Por eso me preparo junto a mi familia, aunque suene exagerado”, afirma Neira. Foto por Katja Kirgin.

“Después del terremoto opté por una cultura supervivencialista, donde nos preparamos como familia antes de que ocurra algo, contrario al resto de la gente que reacciona después del desastre, cuando ya es muy tarde y ya no hay servicios básicos”, cuenta desde su parcela en la comuna de Lampa. Ahí tiene su centro de operaciones: un kit de emergencia, agua potable envasada, animales y más de tres años en mercadería para auto abastecerse. “Para mí el chileno todavía tiene un pensamiento tonto y estúpido, el: Amí nunca me ha pasado nada, tiene que cambiar. Por eso me preparo junto a mi familia, aunque suene exagerado”, dice Neira.

Un estilo de vida

Jaime “Oso” Lemus (42) es el fundador de la organización Supervivencia Extrema. Ésta nace en 2010 para dar consejos en temas de supervivencia y apoyo a la población en caso de que algo ocurra. Se reúnen una vez al mes en parcelas alejadas de la ciudad en talleres especializados para mejorar en la prevención, preparación y supervivencia. Con más de 22.416 miembros de diferentes países en su grupo de Facebook y 60 personas activas en Chile, son la organización más grande en servicios de emergencia ajena al Estado.

Jaime Lemus (de chaqueta gris y jockey azul) organiza el kit de emergencias de Supervivencia Extrema. Foto gentileza de Caroline Valdés/Supervivencia Extrema.

Vestido con una polera roja que lleva el nombre de su organización, tiene entre sus manos una radio de emergencia y un banano de color rojo que lleva siempre que sale de su casa, en el que carga utensilios para hacer fuego, navajas, apósitos y silbatos. “Todos deberían estar equipados, cada uno según sus necesidades. De repente nos critican diciendo que somos alarmistas o nos tildan de exagerados, pero es más que eso: ser supervivencialista es un estilo de vida, ser autosuficiente y no depender tanto de la sociedad”, asegura Lemus.

Supervivencia Extrema, con más de 22.416 miembros de diferentes países en su grupo de Facebook y 60 personas activas en Chile, son la organización más grande en servicios de emergencia ajena al Estado.

Caroline Valdés y Jaime Soto son miembros activos de Supervivencia Extrema. “No vivimos con miedo, vivimos preparados”, dice Caroline. Para ella, haber ingresado a la organización le ayudó en su trabajo como paramédica: “El ingresar a esta ONG me permitió, que en casos como el de mi amiga, pudiera reaccionar mucho más rápido y estar más preparada ante cualquier situación”.

Jornadas de aprendizaje Supervivencia Extrema. Se reúnen una vez al mes en parcelas alejadas de la ciudad para llevar a cabo talleres especializados con el objetivo de mejorar en la prevención, preparación y supervivencia de los integrantes. Fotos gentileza de Caroline Valdés, Supervivencia Extrema.

Jaime Lemus también participa en Radio Emergencia, corporación ciudadana que recaba información de emergencias a nivel nacional e internacional. Con más de 37 mil seguidores en Twitter, informan a diario desde un choque en la carretera a incendios forestales.

“La ONEMI es la encargada de proteger a todos los grupos de la organización civil y al final solo hace cosas de prevención. No nos escucha, pese a los reclamos y quejas, nos deja de lado a otras organizaciones y a la mía, hasta que llega un desastre y necesita de nuestra ayuda”, asegura Marco Rodríguez, director de Radio Emergencia.

El director de la estación, Marco Rodríguez, cuenta que Supervivencia Extrema y Radio Emergencia, se apoyan entre ellos. “Nosotros trabajamos aparte del Estado y de la ONEMI, porque la entidad sólo trabaja con organismos civiles como los bomberos. Nos deja de lado, estamos solos y no trabajamos con acuerdos”, crítica y agrega: “La ONEMI es una entidad que no funciona y se lo hemos dicho. No solicitan ayuda de nadie y por eso nadie quiere hacer cosas con ellos y terminamos trabajando por separado”.

Desde el departamento de Comunicaciones de la Oficina Nacional de Emergencia, aseguran que destacan el trabajo que los preppers hacen en conjunto los civiles: “Hacemos un fuerte énfasis en el trabajo preventivo con la población, buscando generar conciencia. Uno de los pilares de esto es el Plan familia preparada, una guía práctica que, a través de un conjunto de orientaciones y recomendaciones para la comunidad, invita a todos los miembros de una familia a trabajar en su seguridad, como es tener un kit de emergencia y estar así preparados para una emergencia”.

Marco Rodríguez insiste en que las ONG que albergan a los preppers se encuentran solas a pesar de que, desde la Oficina Nacional de Emergencias aseguren que “existe bastante relación con ellas, trabajos en conjunto y si se requiere se establecen protocolos de actuación y gestión”. Rodríguez también cree que la ayuda de los preppers será fundamental para una próxima catástrofe: “La ONEMI es la encargada de proteger a todos los grupos de la organización civil y al final solo hace cosas de prevención. No nos escucha, pese a los reclamos y quejas, nos deja de lado a otras organizaciones y a la mía, hasta que llega un desastre y necesita de nuestra ayuda”.

Profesionalización en desastres

Desde el 27 de febrero de 2010 ha habido un aumento en las compras de kits de emergencia. En el país existen cinco tiendas especializadas en temas de seguridad y una de estas es Response. Su gerente de productos es Claudio Valdeavellano, quien dice que luego del terremoto hubo un cambio de mentalidad y empezó a surgir un aumento en las compras en temas de seguridad: “Luego de sismos o desastres en cualquier parte del mundo, se toma más conciencia y vienen a comprar más. Son tres o cuatro meses en que las personas que vienen aumentan en un 30% y las ventas aumentan en un 60%, ya que hay gente que se gasta hasta $1.500.000 pesos”, cuenta desde su tienda que se encuentra en barrio Franklin.

Juan Carlos Neira tiene una parcela en la comuna de Lampa, donde está su centro de operaciones. Aquí hay un kit de emergencia, agua potable envasada, animales y más de tres años en mercadería para auto abastecerse. Foto por Katja Kirgin.

Para Valdeavellano las tiendas especializadas no tienen gran mercado y cuenta que muchas cierran en el camino. “En los últimos años han abierto y cerrado al menos dos que yo conozco, ya que solo aumentan las compras cuando nacen u ocurre algún desastre”, dice. Para el vendedor eso es lo que hace la diferencia con un prepper chileno, quienes ven la supervivencia como un estilo de vida: “Los kits son los que más compra la gente normal. Los especialistas sólo vienen a reabastecerse, ya que están preparados de antes”, describe.

Jaime Lemus (sostiene la bandera a la derecha) y el equipo de Supervivencia Extrema, una red que hoy contempla alrededor de 100 personas que tienen distintos grados de preparación. Foto gentileza Caroline Valdés/Supervivencia Extrema.

“Hay que tomar conciencia de que el país es un país sísmico y que han ocurrido desastres y ocurrirán por lo que hay que estar preparados antes, durante y después”, expone. “No es miedo, si uno se prepara el miedo se pasa, vivo mi vida normal, pero llevo mi equipo y eso tranquiliza”, precisa Jaime Lemus.

“Como ONG hemos implantado planes en colegios como los Montessori para partir generando conciencia a los niños desde pequeños y así hacer que los papás también empiecen a cumplir con el ejemplo”, dice Lemus. Además, cuenta que este es un servicio gratuito. “Nosotros no ganamos nada haciendo esto, es para ayudar, crear conciencia y estar preparados”, aclara. Aún están muy lejos de la colaboración con entidades estatales, pues para que esto suceda, exigen ser reconocidos y apoyados por éstas: “Cada uno se relaciona entre sus grupos chicos y sería, no hay más apoyo entre ambos. Y hasta que no se cambie la mentalidad no habrá”.

Sobre las autoras: Trinidad Rivera escribió este reportaje en el curso Taller de Prensa. Katja Kirgin tomó las fotos como parte de su práctica interna en Km Cero. El reportaje fue editado por Camila Ossandón en el Taller de Edición en Prensa.