León, uno de los últimos pastor alemán del criadero Blomsthus en Los Andes. Fotos por Camila Fox.

Los heridos de la Ley Cholito

Criaderos y dueños de animales critican la nueva Ley de Tenencia Responsable de Mascotas que busca definir sus obligaciones y derechos. El artículo 25 sobre esterilización obligatoria significaría, según ellos, vulnerar la salud de las mascotas y una alerta para sus bolsillos.

Por Rosario Gallardo Quintanilla

A la salida del metro Manuel Montt, en su oficina y sentada tras su escritorio, Isabel Vázquez sonríe mientras habla sobre sus pinschers, una raza de perro pequeña y delgada, de color negro y café con orejas puntiagudas parecida a los dobermann. Han acompañado a su familia durante años, pero a pesar de que regala y vende cachorros de forma esporádica, cuenta que esta actividad cesará: “Ya no crío más”.

La Ley 21.020 o Ley Cholito, que recibe su nombre coloquial por el asesinato de un perro callejero en el barrio Patronato, ha impedido que los criaderos como el de Isabel Vásquez continúen vendiendo a los cachorros. Publicada en el Diario Oficial el miércoles 2 de agosto de 2017 y con un plazo de 180 días para ponerse en marcha, el artículo 25 respecto a la esterilización de animales cuando son cachorros, ha encendido una alarma para criaderos y veterinarios, ya que obliga a los dueños de criaderos y vendedores de mascotas, que pertenezcan a la especie canina o felina a: “esterilizarlos antes de su entrega a cualquier título”.

Según el Colegio Médico Veterinario de Chile, las consecuencias de esterilizar tempranamente a un cachorro le: “generaría una situación de estrés”. Se explica en el documento que, por su corta edad, el animal aún se encuentra en su proceso de desarrollo sensitivo y motor.

Isabel Vázquez cuenta que el problema radica en que los compradores de mascotas buscan cachorros de 60 hasta 90 días, según indican las preferencias de los criaderos inscritos en Kennel Club, una corporación fundada en 1935 que promueve temas de cuidado en la crianza de los perros. Operarlos a temprana edad significa un riesgo para la salud de los animales, porque aún no cuentan con todas sus vacunas. En el caso contrario, si los criaderos esperan hasta que un cachorro tenga más de cinco meses para operarlo y venderlo, esto significa costos que no todos los criaderos podrían asumir –es decir, alimentación, vacunas y la esterilización–. Además, el Colegio Médico Veterinario, expone en un comunicadoque al mantener a los cachorros más tiempo en el criadero: “no permite el correcto desarrollo de habilidades sociales y adaptativas, lo que afectaría su relación con humanos y otros animales”.

En un caso hipotético, Vázquez explica que si la ley hubiese sido promulgada hace nueve años, el número de cachorros nacidos en las camadas que se han registrado hasta hoy en la organización se hubiese reducido de 128.735 cachorros a 23.908 por la obligación de esterilizarlos, si se suma de forma proporcional los que están inscritos ahora:170 mil. Esta hipotética disminución, según la presidenta de Kennel, se explicaría por el aumento de costos que significaría mantener un criadero bajo la condición de esterilización que impone el artículo 25.

Viviana Valenzuela, veterinaria del criadero Blomsthus, afirma que realizar una castración o esterilización en pacientes pequeños influye en su crecimiento. “El sistema inmune no está preparado para una cirugía de esa categoría”, explica.

Parte del criadero en Los Andes, donde van quedando solo cuatro pastores alemanes.

El informe más reciente del Kennel Club (2008–2016) calcula que existen alrededor de 170.000 perros inscritos, en comparación con los 3.500.000 callejeros en Chile hoy. “Los animalistas creen que con la eliminación de los criaderos la gente va a comenzar a adoptar a los perros callejeros, pero eso es un craso error”, dice la presidenta de Kennel, porque lo que no estarían considerando los animalistas, para Vázquez, es que el 78% de estos 3.500.000 ya tiene dueño.

Consecuencias de la esterilización temprana

“El sistema inmune no está preparado para una cirugía de esa categoría”, explica la veterinaria Viviana Valenzuela. Foto gentileza de Gabriela Viguera.

Según un comunicado del Colegio Médico Veterinario de Chile, las consecuencias de esterilizar tempranamente a un cachorro le: “generaría una situación de estrés”. Se explica en el documento que, por su corta edad, el animal aún se encuentra en su proceso de desarrollo sensitivo y motor. Viviana Valenzuela, veterinaria del criadero Blomsthus, comparte esta opinión y afirma que castrar o esterilizar pacientes pequeños influye en su crecimiento. “El sistema inmune no está preparado para una cirugía de esa categoría”, explica la veterinaria. Además, asegura que a los tres meses los cachorros no tienen el calendario de vacunación completo, por lo que: “puede salir perfecto de la cirugía, pero después le puede dar un paro o entrar un virus”.

Alfonso Sánchez, especialista en Teriogenología Canina y Felina –rama que estudia el sistema reproductivo– no tiene la misma apreciación. Él opina que la práctica de la esterilización precoz, de ocho semanas a ocho meses, no es tan alarmante. Según él, este procedimiento se ha desarrollado en Estados Unidos desde hace 25 años y sin mayores complicaciones. “En ese país encontramos muchas mascotas adultas que pasaron por el proceso y son animales completamente normales”, dice el especialista. “Estas cirugías requieren personal calificado y especial cuidado anestésico”, dice y comenta que la anestesia siempre implica un riesgo. Para prevenirlo, existen protocolos con profesionales en el área, que regulan el procedimiento realizado a los animales jóvenes. “El desafío real debe ser cómo reeducamos a la gente que larga el perro a la calle”, sentencia.

La dueña del criadero Blomsthus en Los Andes, Gabriela Viguera, dice que entiende que los animalistas quieran fomentar la adopción, pero considera que hay vacíos en la Ley: “Si le vas a hacer daño al perrito, ¿estamos realmente pensando en ellos? Operar a un cachorro de dos meses es como si a mí me hubieses esterilizado a los 10 años”.

Los criaderos creen que sus trabajos desparecerán, especialmente en los que tienen carácter familiar. Gabriela Viguera afirma que al costo del registro del criador en Kennel Club, hay que sumarle la esterilización de cada cachorro que, según la educadora, puede llegar a costar $30.000 pesos mínimo. “Las vacunas adicionales, la comida y esterilización puede hacer que un perrito que te costaba $300 mil pesos ahora cueste $600 mil”, dice.

La situación de los criaderos

Según Isabel Vásquez, lo que fomentaría la esterilización temprana de los cachorros es la desaparición de criaderos que ven esta actividad como una fuente más de ingresos o en otros casos, como un hobby que se autofinancia. “Esto daría pie a un monopolio de grandes criaderos, que van a poner el precio que se les ocurra, harán desaparecer los criaderos familiares y darán paso a nuevos criaderos clandestinos”, dice.

Manuel Claveri es criador de perros de raza pastor alemán. Su criadero lleva registrado en Kennel desde 1980 y es parte de CHILCOA (Club Chileno de Criadores de Ovejeros Alemanes). Él considera que los criaderos deberían tener un lugar especial dentro de la Ley, ya que aquellos registrados son los que se rigen a un reglamento estricto en estas instituciones y los criaderos clandestinos podrían no rendir cuentas a los fiscalizadores.

Gabriela Viguera, al igual que Manuel Claveri, cree que la Ley Cholito vino a cerrar su criadero. Ninguno de los dos seguirá criando. Para Viguera, el criadero fue como una apuesta: hace siete años, recién egresada de la carrera de Educación de Párvulos, decidió embarcarse en este proyecto sin saber cómo iba a resultar. “Siempre me llamó la atención ser independiente y los perros, que he tenido desde los doce años, me encantan”, dice. Cuando empezó a crecer el negocio, de tener tres reservas mensuales de cachorros pasó a tener siete. “No dábamos abasto”, cuenta.

“Esta es una ley muy dirigida a animalistas y no a los amantes de los perros”, dice Manuel Claveri, consciente de las consecuencias que esto podría traer para los cachorros esterilizados antes de tiempo sólo para, en su opinión, fomentar la adopción.

Gabriela Viguera, dueña del criadero Blomsthus, tiene perros desde que ella tenía 12 años.

“Yo me compré dos casas con esto y me ha permitido generar mis ahorros”, agrega Gabriela Viguera, pese a que, en un principio, no creyó que generaría los recursos para eso. Tampoco pensó que su criadero crearía una red de profesionales y generación de empleos, como veterinarios, diseñadores de ropas, adiestradores y un convenio con la clínica Holanda para los medicamentos de los cachorros. Actualmente trabaja en conjunto con cuatro veterinarios, una distribuidora de alimentos, una peluquera, una adiestradora y una diseñadora de ropa.

Concuerda con la opinión de Isabel Vázquez en que muchos de estos trabajos desparecerán, especialmente en los criaderos familiares. Viguera explica que al costo del registro del criador en Kennel Club, hay que sumarle la esterilización de cada cachorro que, según la educadora, puede llegar a costar $30.000 pesos mínimo. “Entonces, las vacunas adicionales, la comida y esterilización puede hacer que un perrito que te costaba $300 mil pesos ahora cueste $600 mil”, dice Viguera.

Manuel Claveri, cuenta que no lucra con los criaderos, que para él es un hobby. “Económicamente, siempre salgo para atrás”, comenta entre risas. Pero pese a que Milú, su pastor alemán, todavía puede tener una camada más de cachorros, prefiere dejar de cruzarla. “Nunca les voy a hacer nada, aunque sea infractor”, refiriéndose a operar a sus cachorros. “Esta es una ley muy dirigida a animalistas y no a los amantes de los perros”, agrega, consciente de las consecuencias que esto podría traer para los cachorros esterilizados antes de tiempo sólo para, en su opinión, fomentar la adopción.

Pero la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas no sólo afecta a los criaderos de perros, sino también a casos como el de Eduardo González y su criadero de gatos, uno de los pocos que venden tres razas: Thai, Oriental y Siamés Moderno. Lo empezó hace nueve años y comenta que si bien el costo de sus gatos es, en su opinión, elevado, siempre consigue venderlos. “Meterse con los criadores que hacen las cosas bien y que se convierta en una cacería, no me parece”, dice, pero apoya la ley, porque considera que es necesario una fiscalización e impedir el maltrato animal,

La ley afecta a gatos y perros. Foto utilizada bajo Creative Commons.

González también tiene sus reparos con el artículo 25 de esterilización: “Espero que esta ley sea revisada y no nos obligue a castrar tan pequeños a los animalitos”, comenta y cree que la esterilización es una responsabilidad que debería asumir el comprador. “No dejaría de criar mis gatos por temas económicos, siempre supe que era un hobby caro”, dice, y que pasado este año calculará los nuevos costos de mantener a sus gatos por más tiempo en el criadero, pero asegura que piensa asumirlos.

Sobre la autora: Rosario Gallardo escribió este reportaje en el curso Taller de Prensa. Camila Fox sacó las fotos como parte de su práctica interna en Km Cero. Camila Ossandón editó el reportaje en el Taller de Edición en Prensa.