Con una participación histórica, las elecciones municipales y regionales arrojaron cambios significativos en el mapa político. Chile Vamos recibió victorias clave, mientras que el oficialismo sufrió pérdidas en varios bastiones importantes.
Las elecciones municipales y regionales de 2024 en Chile dejaron importantes reconfiguraciones en la política local. Chile Vamos y el Partido Republicano resultaron ganadores en términos generales, mientras que el oficialismo sufrió significativas derrotas.
Según datos del Servel, el 82,3% de los ciudadanos habilitados ejerció su derecho a voto, impulsado por la obligatoriedad del sufragio. Sin embargo, la elección también registró el porcentaje más alto de votos nulos y blancos en las últimas dos décadas: 10,62% para alcaldes y un 17,71% para gobernadores.
Ganadores y pérdidas claves
En el bloque de derecha, Chile Vamos logró su mejor rendimiento desde, pasando de 87 a 121 alcaldías y ampliando en un 59% la población gobernada por alcaldes de su sector. Cabe recalcar la presencia en comunas estratégicas, como Santiago, donde Mario Desbordes (RN) se impuso sobre Irací Hassler (PC). Otra de las victorias destacadas fue en Puente Alto, donde por el lado contrario, el independiente Matías Toledo, cercano a la izquierda, desbancó a Karla Rubilar (Chile Vamos), rompiendo 24 años de dominio de la derecha en la comuna.
El Partido Republicano también experimentó un crecimiento en representación de concejales, donde alcanzó 233 puestos a nivel nacional, una cifra significativamente superior a la elección pasada. Arturo Squella, presidente del PR, comentó que estos resultados posicionan al partido como un actor clave en el país y proyectan optimismo de cara a las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, a pesar de perder Valparaíso y Concepción.
El retroceso del oficialismo
El oficialismo experimentó una marcada pérdida de poder, con una caída de 42 municipios en comparación con las elecciones de 2021. Estos resultados reflejan una disminución del 19% en el apoyo electoral hacia sus candidatos a alcaldes y concejales, y una pérdida del 28% de la población gobernada por sus alcaldías. Además, el oficialismo quedó fuera de la mayoría de las segundas vueltas en gobernaciones, lo que debilita aún más su representación regional.
El mayor beneficiado es el sector de derecha. Chile Vamos no solo aumentó el número de alcaldías, sino que también incrementó la proporción de la población gobernada bajo su gestión, especialmente en zonas estratégicas, fortaleciendo su posición de cara a futuros procesos electorales.
Para el Partido Republicano, estos resultados también son un triunfo, ya que consolidaron una mayor representación en los consejos municipales y lograron posicionarse como un actor clave en algunas regiones donde históricamente su presencia era débil. Su éxito en concejales y consejeros regionales, así como en las segundas vueltas para gobernadores, muestra que tienen bases sólidas.